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J. P. A.
Viernes, 29 de enero 2010, 01:53
P atrimonio de la Humanidad. Acueducto romano. La patria de un emblema gastronómico nacional, el cochinillo, y la mayor cantera de la sumillería de Castilla y León. Hablamos de Segovia, una ciudad monumental que oculta dos joyas no desconocidas, pero poco frecuentadas por el turista que visita la ciudad que se eleva sobre el Eresma y la Vera Cruz.
Esta semana les proponemos comer en Segovia, pero sobre todo soñar y dejarse llevar por un clima machadiano. Visitar la humilde pensión de Luisa en la calle de los Desamparados, en la que vivió desde 1919 a 1932 el poeta que anunció su despedida ligero de equipaje. Una magnífica oportunidad para descubrir uno de los lugares más impactantes de la huella de don Antonio, el poeta sevillano que fundara la Universidad Popular Segoviana con Julián María, José Tudela, Emiliano Barral y Mariano Grau, entre otros.
La otra cara de la proposición es comer en casa de Lucio del Campo, en el restaurante Di Vino, que es un guiño a una cocina moderna que se mantiene en el solar del cochinillo. En casa de Lucio las carrilleras, el bacalao y los boletus muestran otra cara de la cocina segoviana, aunque no se prescinda de platos marcados por la tradición. La propuesta del bautizado como menú Antonio Machado incluye la visita a la vecina calle de los Desamparados para conocer las estancias, incluida la humilde cocina, de la pensión en la que el poeta vivió en la época en la que Guiomar entró en su vida. Es curioso. Hoy Guiomar tiene una estación del Ave y Machado, una sencilla casa museo que a duras penas se hace un hueco en la potente oferta turística de la ciudad segoviana.
La propuesta de Lucio incluye dos aperitivos -canaloncitos de cecina rellenos de queso fresco y rúcula, y garbanzos de Valseca con manitas, acompañados de un Dorado de la DO Rueda-, boletus salteados sobre pisto con jamón ibérico y yema de huevo, y lomitos de bacalao confitados sobre sus callos, maridados con el ribera Silencio de Valdiruela. Sigue con pluma de cerdo ibérico con patata y Oporto, acompañado por un Duratón 05. De postre, dulce de queso sobre mermelada de higos, junto a una copa de Valderreyes.
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