¡Pechos fuera!
Pepe Colubi hace un repaso de las series y programas más emblemáticos de la historia de la televisión en su último libro
CHEMA CARRASCO
Sábado, 31 de enero 2009, 02:39
La mayoría juramos y perjuramos que en la serie animada 'Mazinger Z', Afrodita A, la compañera robótica de Mazinger cada vez que disparaba los proyectiles que albergaba en el pecho lo hacía la grito de ¡pechos fuera! Pues bien, esto es falso. Lo que decía la robótica luchadora era ¡fuego de pecho!
Ésta y otras desmitificaciones son las que se encuentran explicadas y analizadas por Pepe Colubi en su nuevo libro ¡Pechos fuera!, en el que también repasa citas de algunas de las series y programas más recordados de la televisión en España.
En el caso concreto de 'Mazinger Z', Colubi achaca la confusión «a una combinación adolescente que mezcla cachondeo y hormonas enloquecidas» formada por las frases ¡puños fuera! de Mazinger y ¡fuego de pecho! de su homóloga femenina, de ahí el título del libro. Para su autor este es el mejor homenaje para un libro que recoge frases televisivas.
La obra recoge series animadas desde 'Heidi' hasta 'Las Supernenas' o 'Bob Esponja'; series desde 'Verano Azul' o 'Star Trek' a 'Los Soprano' y 'House' pasando por 'MacGyver' y 'El coche Fantástico' para terminar con comedias de situación como 'Cheers' o 'Camera Café'.
Los niños son el futuro
Todo productor, guionista y responsable televisivo sabe que para poder vender un producto duradero hay que fidelizar, y cuanto antes mejor. De ahí que uno de los primeros objetivos de la televisión haya sido crear programas de entretenimiento infantil.
En España la gente de cuarenta años recordará a 'Los Chiripitiflaúticos' con frases como 'somos malos, Malasombra, somos malos de verdad' y a los 'Payasos de la tele' con su '¿cómo están ustedes?', extendido hasta el infinito. Los que nacimos en los ochenta hablamos de 'La bola de cristal' con la bruja averías gritando sus pareados ('¡Viva el mal! ¡Viva el capital') y los adolescentes de hoy comentarán -aunque ahora lo nieguen- haber visto 'Los Teletubies'.
Y no hay nada mejor que acompañe a un espacio infantil como las series animadas. Para hacerlos aún más atrayentes se copió el mundo animal. Y si no, instaurado en lo más profundo de nuestra memoria tenemos a personajes como el conejo Bugs Bunny (¿qué hay de nuevo, viejo?) y a sus amigos de la Warner Bros.
Capos mafiosos y polis
Un hueco importante de la parrilla lo copan las series. Y la que según Colubi provocó un antes y un después fue 'Los Soprano'.
Tony Soprano es el capo de la mafia de New Jersey que además de gestionar las ilegalidades en el estado, debe lidiar con su familia: la determinación de su esposa, la adolescencia de su hija y los aprobados pelados de su hijo.
Antes de 'Los Soprano' ya existía vida. Una vida anclada en el oeste americano con 'Bonanza', como máximo exponente.Con la llegada de los sesenta y setenta las series policíacas coparían la televisión para no abandonarla jamás.Con 'Los hombres de Harrelson' y 'Starsky & Hutch', se crea la figura del policía chulesco y la del jefe malhumorado.
Con los ochenta y los noventa llegan cambios: «sol, macizas, descapotables y americanas de colores», es el resultado de 'Corrupción en Miami'. De forma ligera llega 'El coche fantástico', que encumbró a un David Hasselhoff con chupa de cuero y pelo en pecho.
Con el cambio de milenio llega la nueva era policíaca de la mano de la saga 'CSI' «policías con estudios que ofrecen una imagen sabionda mezclada con hallazgos evidentes. A esto solo le faltaban un par de guindas para crear la serie perfecta: canciones de 'The Who' y cadáveres de macizas». Así describe Colubi la serie.
Pero además de la de policía, la televisión también ha retratado otras profesiones destacando la de abogado y la de médico.En los ochenta se recrea «la visión frívola, lujosa, caliente y poco profesional que ofrecía de la abogacía en 'La Ley de Los Ángeles'», para terminar con «la idealista, soñadora y medio tonta 'Ally McBeal'».
En cuanto a los médicos 'Urgencias' mostró la realidad de un hospital de Chicago y los problemas personales de una serie de profesionales entre los que destacaba el doctor Ross (se parecía mucho a George Clooney).
Apoyadas en los bares, la familia y el trabajo cuentan historias aparentemente reales desde el humor. El anhelo de todo cliente asiduo a una taberna ha sido que se le conozca y se pronuncie su nombre cuando hace aparición como en 'Cheers'. El público reía con los incordios familiares de 'Matrimonio con hijos' y disfruta de la exageración de las penurias laborales de 'Cámera Café'.
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