El espíritu de 'Dancing Queen'

Desde que murió el Festival de Eurovisión entendido como certámen de canciones y desde que Abba se convirtió misteriosamente en un ícono de la Navidad, el espectador puede sentirse protegido por un contexto que justifique cualquier noche al más puro estilo del grupo sueco.

Ayer noche le tocó al público de Valladolid encajar la propuesta que desde hace años está ejecutando por todo el planeta 'Abba The Show', un espectáculo musical -que no un musical-donde una banda de cerca de una quincena de artistas recrean y resucitan lo que podría ser un 'show' del cuarteto sueco extraido desde la plena época del 'glitter' y de las plataformas. Porque eso es 'Abba the show', un concierto llevado a cabo con toda la fidelidad del mundo por parte de músicos y cantantes que interpretan con precisión enciclopédica los pasos y las coreografías de Agnetha Fältskog y Anni-Frid Lyngstad así como los pentagramas de Björn Ulvaeus y Benny Anderson. Al frente del escenario cabe destacar el trabajo coral de Katarina Nord y Camila Hedren, quienes calcan a Frina y a la rubia Benny con verdadero asombro. No menos importancia tienen los responsables de dar vida al guitarrista Björn Ulvaleus y al teclista Benny Anderson aunque qué duda cabe de que son los clones de Frida y Agnetha quienes se llevan toda la gloria del 'show'.

A pesar de que el público no llenó todas las butacas del auditorio, lo cierto es que el respetable consiguió lo que buscaba que no era otra cosa que diversión y pop de tiempos pasados llevados a cabo por la magia de una banda clónica de nivel estelar. 'Dancing Queen', 'Gimme me, Gimme me, Gimme me', 'Waterloo', así como los temas más sentimentales 'Chiquitita' y 'Fernando', hicieron mágica la noche a un buen puñado de fans de varias generaciones. Anecdótica así como divertida las intervenciones del saxofonista y del batería original de la banda de Abba. Existe todo un mundo de 'shows' clónicos. El de anoche sobresale de entre la maraña de Crazy Diamonds, U2 tribute y otros.