El almacén de los eventos

La sala de exposiciones del Administrador de Infraestructuras Feroviarias (Adif), anexa a la estación de Valladolid Campo Grande, ha cumplido su primer año como centro cultural y a lo largo de este tiempo ha albergado hasta doce certámentes culturales y eventos a los que han asistido un total de 26.035 personas.

Este espacio, que ha vagado por diferentes usos comerciales y festivos sin llegar a consolidarse en ninguno en los últimos años, parece haber encontrado su lugar en la ciudad, justo en un momento en el que la llegada del Ave le otorga más valor. «Ahora han cambiado las cosas y la antigua nave de Paquexpress se ha concebido como un entorno de enormes posibilidades, que se cede gratuitamente a colectivos sociales con la idea de acercar las instalaciones ferroviarias a la sociedad como espacios no sólo de tránsito, sino de relación cultural y social», destaca José María González Reglero, resonsable de Comunicación de Adif.

El local, hasta hace unos años conocido como 'la nave de Paquexpress de Renfe', ha conocido múltiples usos desde que fuera abandonado como muelle de carga y descarga de equipajes y mercancías de los convoyes ferroviarios. En sus instalaciones se ubicó una tienda de material deportivo, fue sede de mercadillos de temporada de discos y libros y el Ayuntamiento llegó a utilizarla hace ya once años como recinto festivo de las ferias y fiestas de San Mateo de 1997, llegando a atraer hasta 36.000 visitantes.

El 15 de noviembre del 2007 es una fecha que marcó un cambio drástico en el errático uso de este edificio. Las autoridades inauguraron el espacio concecido con una doble funcionalidad: Por un lado, una sala de 180 metros cuadrados alberga una exposición permanente dedicada a al línea de Alta Velocidad Madrid-Segovia-Valladolid. Este entorno también se dedica a la muestra de elementos informativos sobre los proyectos de las mismas características en Castilla y León.

Otra parte de la sala ofrece sus 504 metros cuadrados de superficie para acoger actividades de interés cultural, medioambiental o humanitario promovidas por grupos y colectivos. «Es un espacio privilegiado para asociaciones y grupos que no se pueden permitir pagar el alquiler de una sala para exponer», apunta el portavoz de Adif.

A lo largo de este año han pasado por este espacio dos exposiciones de pintura y escultura ('La senda de Ursi', del grupo cultural Muriel, y 'Las Olas. Segundo montaje', de Miguel Segura), una muestra de maquetismo ferroviario a cargo de las Asociaciones de Amigos del Ferrocarril de Castilla y León y cuatro certámenes de fotografía y multimedia, entre ellas una abierta en la actualidad por Médicos Sin Fronteras con el título 'Somalia: Sobrevivir al olvido'.

Otras actividades acogidas a este entorno han sido una exposición sobre medio ambiente organizada por el colectivo ornitológico SEO, el festival de cortometrajes Contraplano, dos conciertos del Quinteto Al'Ars y del Coro del Museo del Ferrocarril así como una jornada sobre infraestructuras ferroviarias.

Situado en un entorno privilegiado, el diseño interior de este antiguo almacén, totalmente diáfano y ejemplo de la arquitectura industrial de mediados del siglo pasado, convierten este recinto no sólo en un local ideal para acoger exposiciones de gran tamaño, sino en un entorno 'goloso' que ya ha sido olfateado por empresas de comunicación y organización de eventos. Porque además sus instalaciones se completan con un espacio de cien metros cuadrados adaptado como sala de audiovisuales y reuniones. «Este recinto tiene unas enormes posibilidades, por sus dimensiones, cercanía al Ave y por estar en pleno centro de la ciudad», comenta José María González Reglero.

La nave que a lo largo del siglo pasado servía de muelle de descarga de bultos y equipajes y luego pasó del abandono a otros usos sin encontrar acomodo en ninguno, parece haber encontrado su lugar en la ciudad.