«La media de robos para desvalijar máquinas es al menos de uno diario»

Afirma que a la rama del juego que representa también le ha afectado la crisis, aunque se mantiene a flote «gracias a que la administración ha actualizado el reglamento». Señala la competencia estatal y las restricciones a la publicidad como principales enemigos y asegura que al sector no le interesa la adicción a las máquinas recreativas; prefieren al cliente que mete unas monedas en las tragaperras sólo para entretenerse.

-¿Cómo les beneficia el nuevo reglamento?

-Es uno de los mejores del país, pagamos una tasa fija anual y creemos que la cantidad se va a mantener el próximo año.

-¿Por qué consideran tan perjudicial la competencia estatal?

-En principio, porque de la lotería, bonoloto, la ONCE y otros sorteos se puede hacer publicidad y lo presentan como maravilloso, mientras que los juegos privados están vistos como malignos, y si a eso vamos, nosotros también hacemos una labor social con el pago de impuestos y el empleo. Para nosotros representa una competencia desleal, porque no estamos autorizados a hacer publicidad; por ejemplo, no podemos ni siquiera poner el nombre en las camisetas de un equipo de fútbol que pudiéramos patrocinar y, si un casino anuncia su restaurante, no puede hacer referencia al casino. Y ocurre que los juegos privados reparten, proporcionalmente, más dinero en premios.

-En los salones de juego se puede prohibir la entrada a ludópatas y no están abiertos a menores, ¿Cómo controlan ustedes la ludopatía?

-A los menores no les está permitido, y el dueño del establecimiento es el responsable de que no jueguen a las máquinas. También se han establecido ya medidas para prevenir la adicción, como eliminar la música de reclamo, el sonido cuando caen monedas o limitar la cantidad y el tiempo de las partidas, al igual que limitar la cantidad máxima de premios. Pero es que a nosotros no nos interesa el jugador que mete su sueldo en la máquina; es un cliente que va a dejar de serlo tarde o temprano. El buen jugador es el que se entretiene metiendo unas monedas, los cambios del café, para entretenerse.

-¿Existe mucho fraude en las máquinas tragaperras?

-Existen trampas que se van eliminando con la modernización de las máquinas, aunque también evolucionan quienes las hacen. Una de ellas es la de las moneditas pintadas de negro, que no detecta el lector, entonces al dar el premio lo repite, de forma que pueden llegar a vaciar la máquina. Otra trampa consiste en una especie de taladro que se puede utilizar en determinados modelos de máquinas para que no cuente la moneda. Pero el sistema más común, y más con la crisis, es el atraco, entrar en el establecimiento y desvalijar la máquina o llevársela para sacar la recaudación.

-¿Tienen un alto índice de robos?

-Al menos uno diario, incluso la media podría ser superior. El problema es que no sólo destrozan la máquina, sino que causan daños en el establecimento, que a veces son más cuantiosos que todo el dinero que pudiera haber en la máquina. Incluso a veces las llevan para estudiarlas y luego cometer fraude en un modelo igual.