Condenado a 28 años el grapo Silva por el secuestro de Publio Cordón
El fallo destaca que sigue sin aclararse, 12 años después, si el empresario está vivo o muerto
A. TORICES
Viernes, 14 de diciembre 2007, 02:18
La Audiencia Nacional condenó ayer a 28 años de cárcel al grapo Fernando Silva Sande por considerar probada su participación en el secuestro, en 1995, del empresario zaragozano Publio Cordón, quien desde entonces se encuentra en paradero desconocido y se ignora si está vivo o muerto.
El tribunal, sin embargo, ha absuelto de este mismo delito a los dirigentes de la organización terrorista Manuel Pérez, 'Comandante Arenas', e Isabel Llaquet, por no disponer de indicios suficientes para probar su implicación en el secuestro.
La sentencia prohíbe a Silva Sande que cuando salga de la cárcel viaje a Zaragoza o a la ciudad en la que residan los familiares de Publio Cordón por espacio de seis años y le condena a indemnizar a esta familia con 300.000 euros por el secuestro, cantidad que se elevará a algo más de dos millones y medio de euros si en algún momento se confirma que el industrial raptado está muerto.
El tribunal de la Sección Tercera señala que Silva Sande, acompañado por otros dos grapo ya condenados por estos mismos hechos, Enrique Cuadra Echeandía y José Ordín, encañonaron y raptaron a Cordón el 27 de junio de 1995 cuando hacía deporte junto a sus tres perros en las proximidades de su domicilio. El grupo, formado también por Concepción González, vigiló de forma previa a Cordón durante 20 días para conocer sus costumbres y rutinas tanto en su domicilio como en su centro de trabajo.
400 millones de pesetas
El comando tuvo encerrado al empresario, en un lugar que no han querido revelar, al menos hasta el 17 de agosto siguiente, cuando, una vez que cobraron los 400 millones de pesetas de su familia, anunciaron la liberación. El rescate fue pagado en París a Silva Sande y Cuadra por la hija de la víctima y su marido. El pago se hizo en efectivo y en bolsas de deporte.
La banda terrorista anunció que Cordón sería liberado el 17 de agosto en las cercanías del estadio de fútbol de Sarriá, el antiguo campo del Espanyol de Barcelona. Pero nunca se tuvieron más noticias de él. Concluido el segundo y último juicio en la Audiencia Nacional por este secuestro, ni los cuatro condenados por estos hechos ni los dos absueltos han aportado dato alguno que permita resolver el enigma. Los grapo insisten en que ellos liberaron al empresario, pero nunca han querido revelar dónde estuvo secuestrado ni quién le vigiló los últimos días de encierro, datos que permitirían reabrir una investigación que desde hace años está en un callejón sin salida.
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