El antiguo avío en el tren
La Olla Ferroviaria congrega a más de cuatrocientas personas en Venta de Baños atraídas por el rico sabor del guiso
RAQUEL MARTÍNEZ
Domingo, 17 de noviembre 2013, 23:26
Muchas bufandas, guantes y gorros se vieron ayer en Venta de Baños para combatir las bajas temperaturas que poco animaban a dejar, aunque fuera por unas horas, el calor del hogar, pero los vecinos de la localidad venteña encontraron el mejor remedio para combatir el frío en las más de 400 raciones de alubias blancas y de patatas a la riojana cocinadas para celebrar la fiesta de la Olla Ferroviaria.
En 2010, con motivo del 150 aniversario de la llegada del ferrocarril a Venta de Baños, una decena de bares de la localidad ofrecieron en sus establecimientos la olla ferroviaria, pero este año el Ayuntamiento quiso convertir esta iniciativa en una actividad más popular sacándola a la calle, concretamente a la plaza Puerta del Sol y sus inmediaciones. «Cuando programamos esta actividad, pensamos que si funcionaba bien podríamos repetirla en sucesivos años y ha sido tal el éxito de convocatoria que seguramente volvamos a organizarla el próximo año», señalaba ayer satisfecha Vanesa García, técnico de Cultura del Ayuntamiento, mientras recogía los vales que anteriormente habían comprado los asistentes a un precio de dos euros en cinco bares de la localidad y que daban derecho a un plato de alubias o patatas más bebida.
La idea de esta actividad surgió de Herminio Álvaro, un ferroviario jubilado nacido en Venta de Baños y afincado desde hace cuarenta años en Santander. «Pertenezco a la asociación Olleros de Cantabria, desde la que hemos conseguido que se celebren sesenta concursos de olla ferroviaria al año en la comunidad cántabra», explicó. «Como soy de Venta de Baños, quería también celebrar aquí un certamen de estas características, pero en el Ayuntamiento me dijeron que mejor probábamos el primer año con un reparto popular», agregó Herminio Álvaro, que se encargó de cocinar en nueve ollas ferroviarias los dos guisos que se repartieron ayer.
La olla ferroviaria es un invento de los antiguos maquinistas, fogoneros y guardafrenos del ferrocarril Bilbao-La Robla. «Los ferroviarios tardaban en hacer todo el recorrido hasta siete días y entonces no había fondas en las estaciones donde poder alimentarse. Ante la necesidad de comer, se les ocurrió decir a la gente de los talleres que les fabricaran una olla que, en un principio, funcionaba cogiendo el vapor de la caldera de la máquina. En estas ollas elaboraban la comida y les permitían tenerla siempre lista», relató el cocinero, contento por la buena acogida de la actividad.
Además del reparto de los guisos de alubias blancas y patatas, el programa de la Olla Ferroviaria incluyó también un mercado de alimentos y artesanía, y la actuación de la Banda Municipal de Música y del Grupo Municipal de Danzas y Dulzaineros, que pusieron ritmo y color a la fiesta.
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