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ICAL
Miércoles, 15 de agosto 2012, 23:02
El entusiasmo de Jesús González Ruiz, un minero jubilado que en los últimos 17 años ha sido alcalde del municipio palentino de San Cebrián de Mudá, es contagioso. Sólo así se explica que haya conseguido levantar, contra viento y marea, un proyecto de desarrollo rural único en España, con propuestas tan arriesgadas como crear de la nada una reserva de bisontes europeos en plena Cordillera Cantábrica. El futuro de la localidad, que había superado el millar de habitantes en los años 50 con una dependencia absoluta del carbón, quedó en entredicho a partir del verano de 1990 tras un incendio en la mina El Socavón que dejó el pozo inutilizable.
«Desde el cierre de las Minas de San Cebrián estábamos condenados al cementerio, sin posibilidades. El pueblo inició un periplo peligroso. El perfil de nuestra población era de avanzada edad, y la desaparición de la escuela a finales de los 90 fue un drama. En el año 2.000 nos reunimos unas 35 personas para sopesar posibilidades, con el objetivo de pasar de un monocultivo de carbón a intentar liderar un proyecto de desarrollo local», recuerda el primer edil a Ical.
Sobre la mesa se pusieron varias opciones, si bien todos los participantes en aquella reunión tenían claro que «el desarrollo tenía que pasar por los animales». «Necesitábamos volver a arraigarnos al territorio con algo y apareció la idea de los bisontes», destaca. La posibilidad de poner en marcha una Reserva de Bisonte Europeo era el proyecto estrella, pero formaba parte de un Plan de Desarrollo Rural Integrado cuya meta final era la creación del 'Parque de Ocio Mundo Miner', un proyecto que ofreciera soluciones para el desarrollo de la zona y que permitiera el asentamiento de la población ya existente y una futura repoblación.
En el 2006 abría además sus puertas otro de los atractivos incorporados dentro del Parque de Ocio, el Mirador de las Estrellas. Esta instalación ocupa un antiguo secadero de carbón en las afueras de la localidad, que fue rehabilitado como observatorio astronómico. Constituido por tres cilindros de hormigón y un cuerpo central de planta ortogonal adosado, con amplias ventanas en todas las fachadas, el edificio es un ejemplo de la arquitectura industrial y símbolo de la actividad minera en toda la comarca. Además, cuenta con una cúpula galáctica a modo de planetario y dos telescopios, ofreciendo proyecciones audiovisuales sobre la conquista del espacio.
Nuevos vecinos
El 4 de junio de 2010, las campanas de la iglesia de San Cornelio y San Cipriano anunciaban la llegada al pueblo de los siete primeros ejemplares de bisonte, un regalo del Gobierno de Polonia, donde el bisonte europeo es todo un orgullo nacional. Los resultados de la iniciativa no se han hecho esperar, y la cifra de visitantes en 2011 rondó las 5.000 personas. Además, la estrategia de crecimiento sigue su curso y para septiembre confían en incorporar otras especies del Paleolítico como los onagros, los bos taurus o caballos Przewalski que, junto a los bisontes, recrearían un Parque del Cuaternario con el cual recordar que «la Cordillera Cantábrica fue el asentamiento paleolítico más importante de toda Europa». «La mina aún hoy, sigue presente en cada casa del pueblo», subraya el alcalde. «Nuestro reto es que la gente pueda nacer, vivir y morir en su casa», concluye.
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