Los vallisoletanos atrapados en Sudáfrica ya descansan en casa: «Ha sido tremendo»

Los doce vallisoletanos que quedaron atrapados en el aeropuerto sudafricano de Johannesburgo después de que se decretara una alarma pandémica por la variante ómicron ya respiran tras haber pasado un final de viaje «con una intranquilidad tremenda».

«Ahora tenemos que estar siete días de cuarentena y si no aparecen síntomas podemos volver a la normalidad si el antígeno sale negativo», explicaba tras bajar del microbús que les trajo desde Barajas María Emiliana López, una de las integrantes de la expedición.

Han sido dos días de intensas gestiones con un panorama, como reconoció Victoria Soto, concejala de Educación, «tremendo». «El sábado nadie sabía a qué atenerse, los británicos habían cerrado, los franceses no volaban, aquello era un desmadre, había gente llorando y tirada por los pasillos del aeropuerto», relata la edil, quien subraya que ellos superaron cuatro PCR con resultado negativo y en todo momento guardaron las medidas sanitarias y estaban controlados a cada paso.

Los afectados, buena parte de ellos docentes jubilados, valoran el trabajo de la empresa mayorista para sacarles del país. «Lo que nosotros queríamos era volver a Europa como fuera, incluso pagando los 1.800 euros del vuelo con la compañía holandesa KLM», explican ambas.

Soto no entiende la decisión de Suiza cuando ellos únicamente iban a realizar una escala. «Hoy con Lufthansa no ha habido ningún problema, hemos estado supercontrolados y al llegar a Madrid nos han hecho un test de antígenos. Todos hemos dado negativo», confirma.

La tensión que ha provocado la variante ómicron en todo el mundo la ponen en cuarentena, porque en Sudáfrica, aseguran, la situación «está tranquila». «La gente es estupenda, muy pobres, pero con una amabilidad extraordinaria, allí todo el mundo lleva mascarilla, te hacen controles de temperatura en todos los lados... creemos que ha sido todo muy precipitado, incluso el presidente de Sudáfrica se ha quejado de la postura de Europa con este asunto», lamentan López y Soto.

La edil espera que este revuelo sanitario esté justificado porque de lo contrario sería «echar por tierra la economía de un país que vive del turismo». «Llevaban dos años sin trabajar y ahora que empezaban a recuperarse llega esto, es una pena, nos ha llamado un guía llorando porque se queda sin trabajo y allí no se cobra el paro», se queja la concejala. Dos de los vallisoletanos se han quedado en Madrid para pasar los siete días de cuarentena. Los otros diez cogieron un taxi junto a la estación de autobuses para cumplirla en sus domicilios. Por fin, en casa.