Del Suizo a Bus Stop: los carteles que construyen desde las calles el patrimonio tipográfico de Valladolid
El colectivo Valladolid con carácter busca iniciativas para proteger un bien cultural de la ciudad, amenazado por la globalización de las marcas y el traspaso y cierre de comercios
Hace 51 años, Trini abrió una tienda de bolsos en la avenida de Segovia, en el corazón comercial de las Delicias. Y en la fachada, ... encima de un escaparate lleno de mochilas, monederos y carteras, colocó un rótulo que, como reclamo, con letras azules y rojas sobre fondo blanco, decía: 'Bolsos Trini'. Beatriz, la hija, se hizo cargo de la tienda cuando Trini se jubiló. «Hubo un tiempo en el que se nos pasó por la cabeza cambiarlo, pero ahora tenemos claro que nunca lo haremos ¡Es un tesoro! Cada vez estamos más contentas de haberlo mantenido», cuenta Ana, la nieta de Trini, tercera generación, desde su perfil en Instagram, porque ahora la tienda de bolsos de la abuela tiene también escaparate virtual. Pero no ha perdido su lugar en la calle, como una seña histórica de identidad, ese letrero que hace más de medio siglo colocó su abuela.
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«Al igual que la arquitectura, la rotulación marca y define el carácter de una ciudad. Los rótulos, supervivientes de varias décadas, tienen un inmenso valor cultural y esconden un legado que alberga la identidad y trayectoria de toda una ciudad», defiende Laura Asensio, impulsora de Valladolid con carácter, colectivo que reúne a diez profesionales de la publicidad, la fotografía, el arte, el diseño gráfico y que tiene como objetivo velar por ese patrimonio callejero que «sin ningún tipo de protección» vive intimidado por el traspaso y cierre de tiendas y negocios, también «por la amenaza de la globalización».
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Pasear por Valladolid ofrece miradas únicas, exclusivas, imposibles de encontrar en otras ciudades. ¿Dónde más hallar esa caligrafía cuidada que pone bar Suizo? ¿Dónde los rascacielos verdes de los cines Manhattan? ¿Dónde esas letras rojas que parecen arrancadas de una máquina de escribir para lucis sobre los pasteles de Cubero? «Son creaciones únicas, patrimonio de la ciudad que ayuda a crear una memoria colectiva», apunta Asensio. El letrero de Bus Stop en la estación de autobuses, el luminoso amarillo del hostal Lima en la calle Tudela, el llorado neón de Kyoto, desaparecido en la última remodelación de la mercería de Montero Calvo.
«Cada vez hay más gente consciente del valor de la rotulación, pero hemos perdido muchos. Y corremos el riesgo de que sean más. Con esta crisis, hay muchos en peligro de extinción». Bares, tiendas, comercios que tal vez no aguanten tantos meses de restricciones. Otro efecto de la pandemia.Y una vez que el negocio cierra, no hay nadie que vele por su cartel. «Algunos están ya en la cuerda floja», lamentan desde Valladolid con carácter. Y señalan varios: «Como Confecciones Monterrubio, en la plaza del Corrillo, o la Imprenta Americana, en San Ignacio».
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«Es verdad que todo esto tiene también un punto nostálgico, pero no me gusta tirar de eso. Porque además de la memoria, hay un valor artístico, un patrimonio tipográfico que se debería proteger», asegura Laura, quien se define «apasionada de las letras». «Las letras tienen un valor comunicativo más allá del mensaje que representan», defiende. «Pero además, reivindico los lugares comunes y de los relatos colectivos. Estoy orgullosa de ser de Valladolid y de disfrutar recorriendo y observando sus calles».
Por eso, la entidad pide mayor protección para estos letreros. Hace apenas un par de meses, Valladolid con carácter (valladolidconcaracter.es) se ha integrado en las Red Ibérica en defensa del Patrimonio Gráfico (patrimoniografico.org), una plataforma para compartir experiencias y promover iniciativas que salvaguarden esta riqueza urbana.
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«En Jaén, por ejemplo, el Ayuntamiento guarda en una nave municipal los rótulos que se retiran, antes de que terminen en la basura. En Berlín han hecho un museo. No es lo ideal, porque lo mejor es que se queden en la calle, pero antes de que se pierdan...».
El colectivo en Valladolid ha mantenido una primera reunión con el concejal Manuel Saravia y ya planea encuentros con otros ediles por si se puede fijar algún tipo de protección. «Es muy descorazonador caminar por otras ciudades de España, incluso del mundo, y ver que hay calles que podrían ser intercambiables, todas con las mismas tiendas y rótulos, porque el modelo de desarrollo económico asfixia el comercio local y homogeneiza la oferta. Ahí se pierde gran parte del carácter de una ciudad», defienden los responsables de una agrupación que ya celebró una exposición con ejemplos vallisoletanos en el Patio Herreriano y que aspira a publicar un libro con la historia de los rótulos más significativos de Valladolid. En su web recogen decenas, cientos de carteles de la ciudad, fotografiados y recopilados por Ignacio Gil y Miriam Chacón.
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«Antes eran piezas de artesanía, diseñadas y fabricadas en exclusiva para el lugar en el que se iban a colocar. Si nos fijamos, en casi todos los rótulos antiguos pone ORO, SMA, con el nombre de las firmas que los fabricaban», cuenta Asensio. Y mientras, la ciudad regala aún, desde sus tiendas y fachadas, piezas únicas de su patrimonio tipográfico.
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