Cruce de San Quirce, recién asfaltada, con la plaza de la Trinidad y la calle Puente Colgante, reabierta hoy al tráfico. J. Sanz

La reapertura de las calles San Quirce y Puente Mayor alivian desde hoy la circulación del entorno

San Quirce, principal vía de escape por las obras en el puente, estrena uno de los nueve avisadores de velocidad instalados en Valladolid

J. Sanz

Valladolid

Lunes, 23 de julio 2018, 13:20

Los operarios remataron durante la pasado noche las obras de asfaltado de la calle San Quirce, la única vía de escape ante el corte del paseo de Isabel la Católica, con motivo de la remodelación del Puente Mayor (estará en obras hasta el 10 de octubre), en la que se han sucedido los atascos en las últimas dos semanas. La reapertura de esta calle a primera hora de la mañana de hoy, aunque aún con cortes provisionales de un carril -las marcas viales se pintarán entre hoy y mañana-, ha coincidido en el tiempo con la de la calle Puente Mayor, que llevaba meses cortada (en su caso por trabajos de reforma integral tanto de las aceras como de la calzada), lo que permitirá aliviar de manera más que notable la circulación en el entorno.

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Los trabajos de asfaltado de San Quirce comenzaron a las 22:00 horas de ayer y concluyeron a primera hora de la mañana, una franja en la que la calle permaneció cortada, aunque se permitió provisionalmente la circulación por el paseo de Isabel la Católica hacia la plaza de San Nicolás y el Puente Mayor, en el que continúa cortado el carril izquierdo y solo se permite el tránsito de vehículos y peatones por la parte derecha del tablero. Las calles San Quirce y Puente Mayor (perpendicular a la anterior) asumirán en adelante la circulación procedente del corte del paseo de Isabel la Católica a partir de San Quirce.

Los conductores que circulen por San Quirce se encontrarán con uno de los nueve avisadores de velocidad que acaba de instalar el Ayuntamiento a lo largo del presente mes de julio y que se suman a los tres ya existentes desde hace dos años (avenida de Zamora, Daniel del Olmo y camino del Cabildo). «San Quirce es una calle en la que se coge velocidad y los vecinos nos pidieron colocar uno de estos avisadores», apuntar el concejal de Movilidad, Luis Vélez, quien recuerda que estos paneles son meramente informativos «y no multan».

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A petición de los vecinos

El panel en cuestión está situado justo a continuación del cruce de San Quirce con la calle Puente Mayor en un tramo que cuenta en el carril izquierdo con uno de los ciclocarriles con la velocidad limitada a treinta kilómetros por hora. En el derecho sí se puede circular a cincuenta, al igual que en seis de las otras siete calles de la ciudad en las que se han colocados los avisadores. Solo en una, en la Cañada Real, donde el panel está situado antes del cruce con la calle Armuña, la velocidad está limitada a cuarenta por hora.

«Todos los paneles se han colocado en puntos peligrosos demandados por los vecinos o detectados por los técnicos y policías municipales», aclara el edil. Es el caso del instalado en la avenida de Zamora, a la altura del cruce con la calle Kilimanjaro, en sentido a la carretera de Madrid, donde se encuentra la entrada al barrio de Pinar de Jalón y donde perdió la vida un motorista de 57 años el 11 enero al empotrarse contra una furgoneta (las flores recuerdan el punto exacto del primer accidente mortal del año).

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La avenida de Zamora se convierte así en la vía de la ciudad con más dispositivos de control de la velocidad instalados al sumar ya cuatro, ya que cuenta con un avisador y un radar multicarril en la bajada del viaducto hacia Vallsur y la invisible cámara de semáforo colocada (en sentido opuesto) a la altura del cruce con el camino viejo de Simancas. La prolongación de la avenida por la calle Manuel Jiménez Alfaro, además, cuenta con otro avisador justo antes del cruce de entrada a Parquesol.

El resto de dispositivos de velocidad (todos ellos informativos) están diseminados por barrios como LasVillas (José Velicia), Delicias (Juan Carlos I) y Pajarillos (Salud), además de en la avenida de Gijón y en la carretera de Fuensaldaña. Los nueve avisadores han costado cerca de cuarenta mil euros y el Consistorio baraja instalar un décimo en la carretera de Rueda (entre las calles Vega Sicilia y Vinos de Cigales).

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«Su efecto disuasorio es innegables y confiamos en que permitan pacificar el tráfico», apunta Luis Vélez antes de recordar que no prevén instalar más radares (de los de verdad) en una ciudad que cuenta ya con 27.

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