Valladolid
Las tres plazas de la 'función popular' de Pedrajas desde el siglo XIXUn vecino recrea la fisonomía de los cosos taurinos de la villa piñonera desde la instauración de los festejos
Fruto de un laborioso trabajo, para el que el autor, Alfredo Ledo Merlo, se ha basado en un sinfín de fotografías antiguas, así como largas ... conversaciones con los vecinos más longevos para recopilar los detalles y pormenores. Así han nacido la maquetas, expuestas en el vestíbulo del Ayuntaminento de Pedrajas de San Estaban, que recrean al detalle las tres plazas de toros que ha tenido a lo largo de la historia la villa piñonera.
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La primera maqueta recoge la plaza de toros tal cual se montaba cada año en dos de los cuatro lados de la plaza con tablados de madera construidos con solidez, en cuya parte alta se acomodaba el público y que eran soportados en la parte inferior por gruesos postes de madera. Postes que en la zona más próxima a donde tenía lugar la lidia permitían con holgura, tanto en alto como en ancho, la entrada de un hombre e impedían la fuga de las reses.
Aquella primitiva plaza, de la que se tiene constancia documental desde el siglo XIX, cuando se instauró la denominada 'función popular', organizada por el Ayuntamiento, y este decide fijar como fechas de celebración de los festejos taurinos las más próximas a la festividad de San Agustín, permaneció operativa hasta el año 1968, si bien una década antes, para un mejor desarrollo de la lidia ordinaria por parte de los profesionales de la tauromaquia, el coso se complementa con el montaje de un ruedo con postes y tablas de madera.
Un solar de 3.320 metros cuadrados
La idea de desarrollar las celebraciones de una forma más acorde a los nuevos tiempos llevó al Consistorio a sustituir en 1969 aquellos tradicionales tablados de madera por una plaza de toros portátil adquirida unos meses antes en Mayorga de Campos. Plaza formada por postes y pórticos metálicos, unidos entre sí mediante varillas y tornillería, hasta conformar el círculo, sobre los que se asentaban tablas de madera reforzadas con pletinas que conformaban el graderío; cerrándose tanto el perímetro interior, como el exterior, con grandes paneles realizados de tablas. Aprovechándose únicamente de la anterior plaza los postes y tablas del ruedo.
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Dicha plaza quedó instalada de forma permanente en un solar de 3.320 metros cuadrados delimitado por las calles Alamar, Huertas y Reyes Católicos, si bien para proteger los elementos más vulnerables a los agentes atmosféricos, sobre todo, el graderío, este se desmontaba y ponía a resguardo cada año en un almacén, montándose de nuevo por el personal municipal llegadas las fechas próximas a las fiestas. Anualidad tras anualidad, como medida preventiva, el Ayuntamiento fue procurando ir asegurando al terreno sobre el que se asentaba, mediante zapatas de hormigón, la estructura metálica que conformaba el coso, así como cerrando la parte inferior, hasta media altura, del perímetro exterior del recinto con bloques prefabricados de cemento, mejorando los accesos y dotando al recinto de unos toriles más amplios y seguros, y un edificio anexo en cuya parte inferior durante años se ubicó el consultorio médico local, sirviendo así como enfermería durante los festejos, y en la parte superior, a cubierto de posibles inclemencias, la presidencia.
La era moderna
Concluidas las fiestas patronales del año 1991, el segundo coso pedrajero pasaba a la historia. Tras sopesar durante varios años la conveniencia o no sobre la necesidad de construir un nuevo coso, más seguro y cómodo para el público, y no sin antes asegurar cómo financiar la inversión, en marzo de ese año el Consistorio, entonces presidido por Dionisio Miguel Recio, realizó el encargo del proyecto de un nuevo coso al arquitecto vallisoletano Ignacio Escribano, que diseñó para su realización sobre la base de estructuras y graderíos de hormigón pretensado para la articulación del volumen general de la edificación, así como una cubierta de chapa sobre el graderío, dejando abierto el espacio central correspondiente al ruedo, y un cerramiento exterior de bloque de hormigón escoscado hasta media altura rematado en su parte alta con una celosía metálica que permitiera la ventilación y la visión hacia el exterior.
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Un proyecto que recogió las características fundamentales de una edificación que pudiera albergar, bajo la denominación de 'centro de convivencia polivalente' de forma circular, en su parte baja zonas de aseos, almacenes, espacios multifuncionales, una sala de descanso y botiquín; así como taquillas y el ruedo, y en la parte alta un graderío para el público, banda de música, zona presidencial y un corredor circundante de paseo alto.
Un estreno pasado por agua
La nueva plaza, cuyas obras fueron realizadas en dos fases consecutivas con presupuestos de 40 y 30 millones de las antiguas pesetas, fue inaugurada tras casi siete meses de obras en la noche del 26 de agosto de 1992 con la presencia del entonces presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas.
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Su estreno taurino fue el 27 de agosto por la tarde con la suelta desde los toriles de cuatro novillos que protagonizaron el primer encierro de esas fiestas. Al día siguiente, festividad de San Agustín, el programa taurino anunciaba una monumental corrida de rejones con cuatro novillos-toros de la ganadería de Emilio Ortuño 'Jumillano' con los entonces centauros toreros, Luis y Antonio Domecq, no pudo llegar a celebrarse por el gran aguacero, casi diluvio, que cayó durante parte de la noche anterior y toda la mañana de ese día, que dejó inutilizado el ruedo para el desarrollo de cualquier actividad.
Una situación adversa que hizo posponer para el día siguiente el registro para los anales de la tauromaquia el primer festejo de lidia ordinaria en el nuevo y moderno coso pedrajero. Festejo protagonizado por los entonces novilleros, Manolo Sánchez y Manuel Romero 'Romerito', en un mano a mano con un encierro de utreros del Marque de Albaida. Siendo el primer cornúpeto en salir de toriles el marcado con el número 35, de nombre 'Granujillo', que se encargó de lidiar el diestro vallisoletano.
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