Santovenia de Pisuerga: la villa que resiste el correr de los años

Cómo han pasado los años, cómo cambiaron las cosas. Cómo han pasado los años, las vueltas que dio la vida. No hay nada que permanezca impertérrito al paso del tiempo, ya lo reflejaba la canción. Sin embargo, la historia de nuestro patrimonio es muy rica incluso contando con las variaciones que hacemos de aquel. Eso es lo que ha sucedido en Santovenia; mucho ha cambiado la iglesia de San Juan Bautista, una construcción religiosa sobria cuya torrecampanario, construida en ladrillo, da color al resto de la edificación. Esta se encuentra presidida por la Cruz de Malta, una insignia que se puede apreciar en el frente del altar mayor y en la banderola de la imagen de San Juan Bautista.

La primera modificación que se realizó comenzó en el año 1545. Fue ordenada por el deán de Palencia, que solicitó construir la capilla funeraria, lo que provocó el singular aspecto de la iglesia parroquial: con dos alturas desproporcionadas entre sí y con tres fábricas. La parte baja se relaciona con el templo primitivo, originario del siglo XI, mientras que la parte alta pertenece a mediados del siglo XVI (fecha en la que se data la iglesia), cuando comenzó a derribarse la cabecera para adaptarse al afán de que sirviera como morada funeraria a la familia Mudarra.

El cerramiento llevado a cabo a posteriori, entre la parte vieja del edificio y la nueva, se culminó sellando en ladrillo los arcos del crucero, inacabado debido a la falta de medios económicos. Asimismo, a las múltiples reparaciones posteriores del atrio se le sumó a mediados del siglo XX su adaptación como vivienda, última derivación del paso del tiempo, al que la evolución del municipio no ha sido ajena.

Antaño había cinco ermitas diseminadas por el término municipal: Santa Eugenia, San Cristóbal, Nuestra Señora del Camino, San Martín y el Humilladero o ermita de la Cruz. De todas ellas, sin embargo, solamente forman parte de la toponimia local Santa Eugenia, San Cristóbal y el Humilladero, que era la única que se encontraba dentro del casco urbano y consiguió llegar, aunque deteriorada, hasta el siglo XX. En 1966, después de la cesión del solar y sobre sus escombros, se comenzó la construcción de la ermita de Jesús Nazareno, más amplia y ligera, aunque de menor altura.

Junto a la iglesia de San Juan Bautista, uno de los elementos más emblemáticos del patrimonio de Santovenia es La Fuentona, fuente-lavadero recientemente recuperada y que se encuentra a la entrada del municipio por el Camino de Valladolid. Presenta una fábrica desigual, lo que deja entrever dos cronologías distintas, aunque solo una identificada. En la pared frontal destaca un lienzo de piedra sillar bien encajada y rematada por un frontón que conserva grabada, aunque en mal estado, la fecha de 1808. Por el contrario, los muros de contención muestran una peor ejecución en su alzado, lo que denota que pueden provenir de una construcción anterior.