Valladolid

San Juan de la Cruz recorre la calle Mayor de Medina de Rioseco

Más tarde, el estallido de los cohetes anunciaba el inicio de la procesión, que, con la presencia del párroco, Alberto Rodríguez, y de la treintena de cofrades, partía de la iglesia de San Pedro Mártir para recorrer la calle Mayor en medio de los bailes del Grupo de Danzas Ciudad de Medina de Rioseco, antes de llegar a la iglesia de Santa María, en la que tuvo lugar la misa. Más tarde, la imagen del santo fue trasladada de regreso a la iglesia de San Pedro Mártir.

Durante la procesión, el paso del santo carmelita se giró justo en el lugar donde hace años se ponía el puesto de hortalizas del veterano y popular cofrade Luis Ballesteros, que fallecía hace años. Al mediodía los hermanos se volvieron a reunir en el restaurante La Vía para celebrar la tradicional comida de hermandad.

Hay que recordar que Medina de Rioseco tiene una larga tradición carmelitana. No en vano en el municipio existieron dos conventos de la orden: el masculino de Nuestra Señora de la Encarnación (o del Carmen), fundado en 1588 y desaparecido tras los procesos desamortizadores del XIX, y el de San José de Madres Carmelitas Descalzas, de 1603, que existió hasta 2004, año en el que la comunidad abandonó la ciudad. Todo ello sin olvidar que son varias las cofradías que subsisten relacionadas al ámbito carmelitano. A la de San Juan de la Cruz, hay que unir la de la Virgen del Carmen y la de Santa Teresa de Jesús.

A falta de otro documentación, se sabe por un recorte de prensa adherido al acta de 1971, en la que se da cuenta de la fiesta de ese año, que la Cofradía de San Juan de la Cruz data del año 1802, lo que supone que habría coincidido con el convento carmelita masculino, según explicó el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid y también cofrade, Ramón Pérez de Castro, quien destacó la calidad de la talla de procesiona, que «pudiera identificarse con la donada por un Grande de España a través de la mediación de don Alejandro Salvatierra en el segundo tercio del XVIII y que probablemente se trate de una pieza de origen madrileño».