El pregón del ingeniero José Antonio Cuadrado inicia las fiestas de Villafrechós
Del 5 al 9 de septiembre, un año más, la localidad vivirá los días más importantes del año, en los que la vaca enmaromada volverá a correr por las calles de la localidad
El amor que tengo a este pueblo y el aprecio que me hacéis sentir cuando estoy aquí hacen imposible rechazar esta distinción, son las palabras ... que el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos José Antonio Cuadrado pronunció en el inicio del pregón de las fiestas de la Virgen de Cabo, patrona de su localidad natal, Villafrechós. El alcalde de la localidad, Miguel Ángel Gómez, en su presentación, recordó la importante trayectoria del pregonero en la construcción de distintas autovías en España, así como en países de Latinoamérica como Costa Rica, Chile y Colombia.
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Ante numerosos vecinos, allegados y familiares, José Antonio Cuadrado realizó un emotivo viaje a su memoria para traer al presente recuerdos como los de su infancia con las lecciones en la escuela de don Modesto, el que le despertó «el interés por el estudio y la lectura». Recuerdos de la tienda de sus padres, en lo que todo se vendía a granel; de los quintos en Carnavales corriendo las cintas el domingo de Carnaval; de los días previos a la Semana Santa haciendo su madre grandes canastas de bollos, rosquillas o pelusas en la panadería. Es lo que al pregonero le hizo recordar «la vecindad de entonces, que hoy llamaríamos solidaridad, pero que era mucho más: era cercanía, amistad, puertas siempre abierta». También rememoró los primeros televisores en la casa de Julita y Custodio, donde «después de cenar, muchos vecinos llevábamos nuestras sillas hasta su casa y nos reuníamos allí para ver la televisión hasta el final de la emisión» en «una ocasión de convivencia». En este sentido, hizo ver que «hoy el nivel de vida es mayor, pero en el camino hemos perdido esa cercanía con el vecino, un vínculo que merece la pena recuperar».
José Antonio Cuadrado también trajo recuerdos, con más edad, de las vacaciones en el pueblo y de los trabajos en verano metiendo el grano en las paneras y recogiendo las pacas de paja, agradeciendo a su padre «la enseñanza que me dio, pues me inculcó la disciplina en el trabajo», como una enseñanza que «siempre he tratado de transmitir a mis hijos». Tiempo de verano para charlas en el teleclub o en el banco del atrio de San Cristóbal, las partidas en el bar, la piscina como lugar de encuentro o las tertulias de la noche, pero también las escapadas los fines de semana a Rioseco o Villalpando y a las fiestas de los pueblos cercanos. «Todos esos recuerdos me atan a este lugar y son parte indisoluble de mí».
El pregonero contó con orgullo cómo en sus actividad profesional en Latinoamérica siempre presumió de ser de Villafrechós y de Tierra de Campos, «tierra a la que estoy y estamos atados de por vida, con sus llanuras levemente onduladas y sus horizontes infinitos donde el cielo y la tierra se funden en la distancia». Por eso, aseguró que «aunque gran parte de mi vida transcurrió fuera, siempre llevé conmigo el orgullo de mi procedencia, este mi pueblo». Tampoco dejó de rendir homenaje y dar las gracias «a todos los que vivís y trabajáis en nuestro pueblo: agricultores, ganaderos, tenderos, albañiles y tantos otros oficios que, con vuestro esfuerzo diario, mantenéis encendida la llama de esta tierra», haciendo posible que se haya convertido en un referente para las localidades vecina, ya que «sois vosotros quienes hacéis posible que quienes tuvimos que marcharnos podamos volver, en estas fiestas o en cualquier otro momento del año, y sentir que nunca nos fuimos del todo».
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Ante un público entre el que se encontraba el presidente de la Diputación, Conrado íscar, el pregonero también quiso tener un emotivo recuerdo «a quienes nos dejaron, pero que viven en la memoria, en las historias que contamos y en ese rincón del corazón donde nada ni nadie puede borrarlos».
En la recta final del pregón, José Antonio Cuadrado rememoró innumerables recuerdos de las fiestas, de la patrona, los bailes, las peñas, los fuegos artificiales o la vaca enmaromada corriendo por la eras. Unas fiestas que ahora comienzan para que, «además de llenarnos de música, risas y alegría, nos sirvan para encontrarnos de nuevo como vecinos». Por eso, animó a que «sigamos siendo un pueblo abierto y hospitalario con quienes nos visitan», antes de pedir los tradicionales vivas a Villafrechós y a la Virgen de Cabo. Precisamente poco antes de terminar el acto, un vecino anónimo regaló al pregonero una medalla de la Virgen del Cabo.
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El viernes, 5 de septiembre, tendrá lugar el chupinazo con el desfile de peñas en el inicio de unos días de fiesta que se prolongarán hasta el martes, 9 de septiembre, con gran protagonismo de la vaca enmaromada.
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