Valladolid
Palacios de Campos rinde homenaje a Ramón Gómez ViñasLa Asociación Cultural Nuestra Señora de la Antigua reconoció en su semana cultural la colaboración y labor altruista y humanitaria de este buen vecino, que falleció el 14 de mayo
Todos los pueblos tienen vecinos que son importantes en su vida diaria al estar siempre dispuestos para todo aquello que haga falta con gran compromiso. ... No dudan, de forma altruista y la mayoría de las veces en silencio, en ceder su tiempo y mucho de lo que tienen para el bien común. En el caso de Palacios de Campos, son vecinos comprometidos como Ramón Gómez Viñas, que, tras fallecer a los 79 años el pasado 14 de mayo, este fin de semana recibía en su pueblo de adopción un emotivo homenaje. Un reconocimiento a su generosa labor humanitaria y constante colaboración altruista que tenía lugar el viernes con motivo de la inauguración de la vigésimo novena edición de la semana cultural de la Asociación Cultural Nuestra Señora de la Antigua, con presencia de sus directivos, vecinos y concejales del Ayuntamiento de Rioseco, al que pertenece administrativamente Palacios de Campos.
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Hijo de Teodoro Gómez y Josefa Viñas, Ramón nació en Medina de Rioseco un 3 de enero de 1946, más concretamente en el conocido como Caserío Manso, donde su padre era mayoral, siendo el segundo de cinco hermanos junto a Teodoro, Josefa, Conchi y Maricruz. En su infancia, cursó estudios en el centenario colegio de San Buenaventura, para ingresar, más tarde, junto a su hermano Teodoro, en el Monasterio del Espino (Burgos) con la intención de hacerse monje en una idea que continuaría en Granada y que no llegaría por muy poco a hacerse realidad. La siguiente etapa de su vida la iniciaría trabajando en la oficina riosecana de Correos hasta que su despido le llevó a trasladar las vacas de su padre a Palacios de Campos, donde ya vivía su hermana Josefa, teniendo una gran amistad con su cuñado, Javier Hoyos, con quien viajaría a Madrid para trabajar en unos grandes almacenes.
De regreso de la capital, de nuevo Ramón traslada a Palacios de Campos las vacas de su padre, esta vez adquiriendo naves y una casa. Más tarde se haría cargo del bar del pueblo en unos años en los que además trabajó en la cercana granja de avestruces en distintas labores, en las que algunas vece le acompañó su sobrino Luis Hernández, pero también encargándose de la tienda y del restaurante, para elaborar platos como mollejas o carpacho de avestruz o el guiso del cuello de esta exótica ave en unas preparaciones culinaria en las que le ayudaban sus hermanas Maricruz y Conchi. Además también trabajó en la reforestación de montes. Y siempre, junto a Ramón, su amigo del alma Javier Hoyos, que «era como su hermano». Su hermana Maricruz le recordó, con gran emoción, como «una persona muy buena y prudente, de gran generosidad».
En total ha sido más de medio siglo el que Ramón vivió en Palacios de Campos como un vecino «muy querido, muy buena persona, que daba la vida por todo el mundo aunque no le conociera», como le recordó la vecina Virginia Soto, quien señaló que «era como de la familia», con muchos recuerdos desde muy niña. El presidente de la Asociación Cultural Nuestra Señora de la Antigua, Juan José Zancada, quien también trajo recuerdos de Ramón desde su niñez, le describió como «una persona cercana, preocupado por todo, con un compromiso con todas las persona, ayudando a las que tenían necesidad, tanto de alimentos como de compañía, apoyando en lo que fuera». Para Zancada, «Ramón, con su compromiso, sensibilidad y su sonrisa, es un símbolo y ejemplo de lo que es una buena persona, siempre intentando unir a los vecinos, favoreciendo la convivencia», añadiendo que «es sin duda un espejo donde mirarnos» y deseando que «ojala que haya muchos ramones, porque nos hacen ser mejores».
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Zancada también señaló que desde que se fundó la asociación fue un socio activo y dinámico, organizando obras de teatro o talleres de cocina y repostería para los niños, como cuando les enseñó a hacer un zumo de naranja, distintos tipos de canapés y las populares rosquillas de sartén, con el objetivo, según el mismo decía, de que puedan echar una mano en casa a la hora de las comidas, pero también que aprendan lo que es la cocina sana y los peligro de la cocina. En su recuerdo, en el centro cívico, cuelga, desde este fin de semana, una fotografía de Ramón rodeado de niños en uno de esos talleres de cocina.
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