Íscar se reencuentra con la normalidad y abre las celebraciones del mes más festivo del año

Había ganas, muchas ganas de fiestas, y eso, pese a que por un fallo judicial, estas se vean privadas de su afamada feria taurina. Se notaba desde hacía semanas en el ambiente y se puso de manifiesto hace unos días en el acto de lectura del pregón y proclamación y coronación de las Reinas de las Fiestas, y la noche antes cuando las tres peñas mayores proclamaron a sus Madrinas.

La vuelta a la normalidad verdadera después de dos duros años de pandemia, sobre todo los primeros seis meses del 2020 en que la villa carpintera se convirtió sin quererlo en la comidilla de toda España, además de apertura de telediarios y portadas de periódicos, se hacía verdaderamente realidad en Íscar este tórrido viernes 5 de agosto celebrando por todo lo alto el inicio de sus Fiestas Populares de Agosto, o como muchos ya las han bautizado, las Fiestas del Reencuentro, tras dos años sin hacerlo, cosa que la inmensa mayoría de vecinos no recordada hubiera ocurrido nunca desde que esta celebración se instauraran en 1967.

Aunque ya lo llevaban manifestando desde primeras horas de la tarde, peñistas, vecinos y numerosos visitantes estallaban de alegría, transmitiendo esta como un reguero de pólvora por todas las calles y plazas apenas segundos después de que la campana del reloj de la villa que preside la fachada de la casa consistorial marcara las siete y media de la tarde. En ese momento sonaron tres potentes cohetes-bomba lanzados por las exultantes soberanas, María García, Manuela Carreras y Ángela Sánchez, apenas dirigirse el regidor, José Andrés Sanz González, a la muchedumbre que se agolpaba en la plaza Mayor para desearles unas muy felices fiestas e invitar a la participación y disfrute de cada uno de los actos programados para estos días.

Tres descargas, popularmente conocidas como 'zambombazo', o lo que es lo mismo la versión iscariense del 'chupinazo' pamplonica, al que siguió el refrescante baño de muchos de los presentes bajo una densa nube de burbujas salidas de mas un millar de botellas de cava en medio de un mar de sonidos, proclamas de todo tipo, canticos y bailes que se sucederán hasta el martes por la noche cuanto el lastimero Entierro de la Sardina ponga fin a cinco días de jolgorio y diversión.

Hasta la llegada de ese mágico momento las calles y plazas comenzaron a tomar ambiente festivo con los pasacalles de la Asociación Musical Iscariense (AMI) a las ordenes de su titular, José Luis Gutiérrez, que dieron paso a la ofrenda a los patrones de la villa, Nuestra Señora Santa María de los Mártires y San Miguel Arcángel, en el templo del que es titular la primera a cuyos pies las Reinas de las Fiestas junto a las Madrinas de El Abuelo, La Popular y El Ruedo depositaron un centro de flores y sus respectivos pañuelos verde, morado y rojo, encomendándose a la misma cantando la Salve.

Finalizado este emotivo acto, la serpiente multicolor formada por los grotescos gigantes, gigantillos y cabezudos, los dulzaineros de la Asociación de Cultura Tradicional La Pinaza, la banda de música, el coche descapotable de las tres soberanas y los de las Madrinas de las tres peñas mayores con sus respectivas charangas, la olmedana Botarate Chow, la iscariense Sonido Ibérico y la riojana Makoki El Kan y su grupo Vela, desfilaron por calle Real camino hacia la Plaza Mayor.

Allí, una vez finalizado el 'zambombazo', los servicios municipales se afanaron en limpiar dicho espacio urbano mientras unos metros más abajo, en la calle Palomares, donde tiene su sede La Popular, la corporación municipal, Reinas de las Fiestas e invitados eran objeto de una recepción por parte de las peñas.

La primera jornada festiva agosteña del reencuentro de Íscar se completó con un encierro urbano con seis novillos de encaste Santa Coloma-Graciliano de la ganadería salmantina Pilar Población desde los corrales de San Miguel hasta la plaza de toros por las calles Mayor y Palomares, cuyos vallados estaban atestados de gentío, a cuyo término tuvo lugar la acostumbrada probadilla de la que disfrutaron los numerosos aficionados al torero a cuerpo limpio que se dieron cita en el ruedo como el público que llenaba totalmente el graderío. El broche lo puso una verbena popular amenizada por la orquesta Royal Espectáculo a la que siguió ya de madrugada una sesión de baile con la disco-móvil Aura.

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