Valladolid
Cortan el agua a los okupas de Arroyo y tardan tres horas en reengancharseLa Guardia Civil y la Policía Municipal acompañan a técnicos Aquona para liberar las acometidas al detectar «consumos desorbitados» de los inquilinos ilegales
Viajes de ida y vuelta de la Guardia Civil, la Policía Municipal de Arroyo y operarios de Aquona hasta los bloques okupados de la calle ... Narciso Monturiol para intentar poner trabas a la residencia ilegal de varios inquilinos que se aprovechan de las acometidas de agua para suministrarse el servicio. Ante esa realidad, denunciada en innumerables veces por el resto de propietarios, técnicos de Aquona se han dirigido esta mañana hasta los números pares de la citada vía para desenganchar los empalmes ilegales. Hasta 17 completaron a primera hora de la mañana.
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Una medida que parece que no ha surtido efecto porque a las tres horas se han vuelto a conectar a tomas de la comunidad o de otros vecinos. Así que de igual forma, Aquona ha vuelto hasta el mismo punto.
Las visitas de los técnicos han estado siempre acompañadas por agentes de la Guardia Civil y de agentes de Policía Municipal de Arroyo por motivos de seguridad. El despliegue ha sido tan amplio que varios vecinos se sorprendían de lo que veían.
Esta actuación de Aquona ha venido precedida tras detectarse un «consumo desorbitado» en diferentes contadores. Todo ello derivado de esos enganches. «No exageramos si decimos que se hubieran llenado todas las piscinas de Arroyo», comentan los vecinos.
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La piscina que no se ha podido llenar este verano ha sido la de estos inmuebles, que presentaba un aspecto ponzoñoso tras no ser tratada para evitar que los okupas se bañen en la misma. Porque a pesar de que pasen las semanas y los meses, la situación en estos inmuebles prácticamente no ha variado desde el primer día.
Desde 2021
Para entender la indignación y el hartazgo de los vecinos que recientemente han decidido comenzar a recoger firmas para frenar la situación hay que remontarse aproximadamente a 2021, cuando tal y como apunta una de las vecinas «una persona accedió primero a uno de los áticos de este amplio bloque y comenzó a meter a más personas mediante falsos contratos de alquiler. Los pisos (desde 60 a 120 metros cuadrados) fueron adquiridos por la Sareb y se justificaron diciendo que cuando recibieron tales viviendas ya estaban habitadas de manera irregular».
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Muchos de los que al principio eran okupas ahora tienen un alquiler social, lo que indigna más aún al resto de propietarios.
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