Valladolid
Bomberos al rescate de las abejas en UrueñaDotaciones del Parque de Medina de Rioseco logran salvar un enjambre instalado en el centro cultural de la Villa del Libro
Tamara Crespo
Lunes, 9 de octubre 2023, 21:49
Los bomberos del parque de Medina de Rioseco se han empleado a fondo estos días para retirar, sin destruirlo, un enjambre de abejas que se ... habían quedado atrapadas dentro de las instalaciones del Centro E-Lea de la Villa del Libro de Urueña. Las labores de retirada, que concluyeron en la tarde del lunes, obligaron al cierre del centro cerrado el sábado por la tarde y el domingo.
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Un sábado soleado de octubre, el Museo de la Villa del Libro de Urueña amanece lleno de abejas que chocan desesperadas contra los ventanales. En uno de ellos, el que da al campo, hay una cita de Miguel Delibes: «Bien mirado, la vista desde allí es como el mar, un mar gris y violáceo en invierno, un mar verde en primavera, un mar amarillo en verano y un mar ocre en otoño, pero siempre un mar». Las abejas, uno de los principales polinizadores de ese mismo campo, esenciales para la supervivencia del resto de especies animales y vegetales, esenciales también por tanto para nuestra supervivencia, reconocían ese espacio abierto, pero estaban cruelmente atrapadas por los cristales. Su zumbido era desesperante. En el suelo, a los pies de las ventanas, yacían muertas o moribundas cientos de ellas; en un enjambre puede haber entre 30.000 y 50.000.
Cuando las abejas anidan en un edificio público o en un lugar inaccesible para los apicultores contratados por los servicios forestales, son los bomberos los encargados de su retirada. Los de Medina de Rioseco cumplieron con creces ese cometido de salvaguarda de la seguridad de las personas y, a su vez, de protección de la naturaleza, pues dada su importancia ecológica y las muchas amenazas que han hecho disminuir drásticamente sus poblaciones, las abejas están protegidas. Un enjambre se salva, tal como nos mostraron los propios bomberos, extrayendo los panales principales para recolocarlos en la misma posición con la abeja reina en su interior. Tres duras jornadas de trabajo tuvieron que emplear para lograrlo los miembros del servicio de Extinción de Incendios y Emergencias, expuestos en lo alto de un tejado a pleno sol, con temperaturas inusuales en otoño -precisamente causadas por el cambio climático, como están advirtiendo sin cesar los científicos-, y con un traje de apicultor que se sumaba al de bombero.
Acceso casi imposible
«Es un trabajo difícil, porque al tocar los panales, se derrama la miel», nos decía uno de los bomberos, un veterano del cuerpo experimentado en estos trabajos, aún encaramado al tejado y, en efecto, con el traje y los guantes cubiertos de la dulce y pegajosa sustancia. El acceso al lugar en el que las abejas habían construido el nido era casi imposible. La segunda dotación, desplazada el domingo, tuvo que dejarlo, como la primera, para el día siguiente, cuando regresaron con nueva herramienta. Las abejas habían quedado atrapadas porque el conducto de salida del panal no daba al campo, si no al cubo de la muralla de Urueña que hoy en día constituye parte de las instalaciones del centro cultural.
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Según señala la organización ecologista Greenpeace, que mantiene desde hace años una campaña de sensibilización al respecto, la producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural que permite que se fecunden las flores y den así frutos y semillas. «Las abejas, y otros insectos como mariposas y abejorros, son unos de los grandes responsables de este proceso y, sin embargo, sus poblaciones están disminuyendo a pasos de gigante», alertan. Entre los factores que amenazan a los polinizadores están la pérdida y deterioro de hábitats, las prácticas de la agricultura industrializada, como los monocultivos, que provocan una menor disponibilidad y diversidad de alimento para estos insectos, y el uso de plaguicidas, los parásitos y enfermedades, las especies vegetales y animales invasoras y los impactos del cambio climático.
Tal como señalan también desde Greenpeace, las cifras del problema que sufren los polinizadores son contundentes. «El informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) advierte de que el 40% de los polinizadores invertebrados, en particular abejas y mariposas, se enfrentan a la extinción y que en Europa el 37% de las poblaciones de abejas están disminuyendo, un claro ejemplo de que el modelo agroalimentario predominante nos está llevando a un callejón sin salida.»
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Los bomberos del parque de Medina de Rioseco mostraron una excelente capacitación y formación en este ámbito. De hecho, tal como explicaron tras lograr extraer los panales principales, el destino de la colmena será la formación de nuevos bomberos. «Tenemos unas cajas especiales con las que la trasladaremos al parque, donde ya tenemos algunas otras para la formación de los chavales que llegan nuevos, que aprenden a trabajar con ellas, a usar el traje especial…», relataban. «Es muy probable que la reina esté aquí, pero si no estuviera o hubiera muerto en el amasijo de los panales, pueden crear otra», contaba el agente. También puede que la colmena siga en el parque de bomberos o que se vayan a buscar un nuevo sitio», concluía. En efecto, cuando una reina muere, las obreras crían a otra alimentándola con un néctar muy especial: la jalea real.
Toda una lección de sabiduría y de vida, la de las abejas y la de los bomberos, que ha tenido por escenario un lugar dedicado a ella, a la adquisición de sabiduría a través de los libros, al cultivo de la cultura humana, que debería servirnos, entre otras muchas cosas, para conocer y preservar la naturaleza, la vida.
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