Los perros subirán a los buses con su tarjeta, bozal y solo si hay espacio

Los perros, que no pagarán el trayecto, tendrán que acceder atados con correa, deberán llevar un bozal puesto, independientemente de su tamaño, y ocuparán la parte central del bus: el espacio reservado para viajar de pie y donde se colocan las sillas de niños o de discapacitados.

Si esta zona está ocupada o el vehículo registra un aforo de usuarios considerable, el conductor tiene la potestad para denegarles el acceso, con lo que el dueño y su animal tendrán que esperar al siguiente autobús.

En ningún caso, las mascotas podrán ocupar un asiento, según se recoge en el texto, y los ejemplares de razas potencialmente peligrosas, como por ejemplo los pitbull, tendrán prohibida la entrada. Tampoco podrán subir aquellas mascotas que presenten «signos evidentes de enfermedad o falta de higiene».

En cada vehículo, únicamente podrá viajar un can, con la excepción de los perros-guía de asistencia a discapacitados o aquellos de defensa que acompañen a una víctima de violencia de género, que deberá acreditar esta circunstancia.

Aunque la posibilidad de acceder a los autobuses con los perros ha generado cierta controversia, especialmente entre aquellos a los que no les gustan estos animales o les generan miedo, Auvasa no espera un uso masivo de esta nueva posibilidad que ofrecerá en su servicio. Todo lo contrario. Así, estiman que los propietarios subirán con sus mascotas de forma puntual cuando no cuenten con otro medio de transporte para desplazarse o los fines de semana para llegar a alguna zona de esparcimiento para disfrutar con su animal.