Vallisoletanos con y sin mascarilla en la calle Mantería de Valladolid. José C. Castillo

Los vallisoletanos, entre la cautela y el alivio ante la retirada de las mascarillas en exteriores

Los mayores abogan por mantenerla mientras que los más jóvenes creen que es innecesario

Berta Pontes de los Ríos

Valladolid

Viernes, 4 de febrero 2022, 14:04

Llevar puesta la mascarilla por la calle todavía es obligatorio en Valladolid, como en el resto del territorio nacional, pero el ejecutivo ha anunciado esta ... mañana que a partir del próximo martes 8 de febrero la norma será eliminada. Son pocos los vallisoletanos que prescinden de un elemento que forma parte de su día a día desde hace casi dos años y ahora, ante la decisión de su retirada al aire libre, se muestran prudentes, algo confundidos y con opiniones dispares.

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En la calle Mantería, el ir y venir de trabajadores, jubilados y estudiantes mostraba la realidad de cada franja de edad. Los vallisoletanos de edad media portaban la mascarilla «por respeto a los mayores», explicaba Verónica Serrada, trabajadora social que aseguraba que se la quitará «siempre y cuando se pueda mantener la distancia de seguridad». Pero los más jóvenes prescinden de ella por creer «innecesario» ponérsela. Algunos, como Alejandro Ayuso, estudiante, afirmaba intentar ir por la calle «fumando o comiendo algo para no tener que llevarla».

Con una carpeta bajo el brazo, Enrique Merlí, funcionario de prisiones, aseguraba que es una medida «adecuada siempre y cuando la incidencia siga bajando a este ritmo», pero confesaba que esperará a no ponérsela hasta que la cosa esté asentada «y evitar que la pandemia vuelva a repuntar». Junto a él, Vicente Hernando, un jubilado vallisoletano, pensaba que es «un poco precipitado» y expresaba su firme decisión de seguir llevándola.

«Me la pondré por respeto a los mayores»

Verónica Serrada

Trabajadora social

«Intento ir fumando o comiendo para no llevarla»

Alejandro Ayuso

Estudiante

«Es una medida adecuada siempre y cuando la incidencia siga bajando»

Enrique Merlí

Funcionario de prisiones

«Creo que es un poco precipitado»

Vicente Hernando

Jubilado

«Un poco pronto»

También jubilada, Vicenta Villamuza apenas ve a través de sus gafas por el vaho que sale de la mascarilla. «Llevo gafas y se me empañan, pero reconozco que la cosa está un poco mal para que las retiren porque es un poco pronto. Quién sabe qué puede tener cada cual; creo que es un poco pronto a pesar de que estoy deseando que las quiten». De momento, cuenta que esperará unos días hasta «sentirse segura» para quitársela.

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Con paso ligero avanzaba Rocío González, limpiadora, por la plaza España y se sorprendía al conocer la medida. «No lo sabía pero me parece bien no usarla en exteriores donde no haya grandes aglomeraciones. Yo, dependiendo de los sitios en los que esté, así hago. En el centro me la pongo pero en el extrarradio suelo ir con ella bajada».

«Creo que es un poco pronto pese a que estoy deseando que las quiten»

Vicenta Villamuza

Jubilada

«Me parece bien no usarla en exteriores donde no haya aglomeraciones»

Rocío González

Limpiadora

«Ya era hora»

Mario Martín trabaja en un almacén de aluminio y, pese a llevar la mascarilla puesta, piensa que «en la calle no hace falta. Si dejan que nos la quitemos, me la quitaré». En sentido contrario, Héctor Manteca, estudiante, no la lleva puesta «nunca» y, según comenta, seguirá sin ella. «Ya era hora. No creo que en la calle te puedas contagiar porque yo no lo he hecho. Solo me la pondré si me lo dice la policía».

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Opinión compartida con Leandro. «La voy a seguir llevando, ya lo notas», respondía irónicamente este vallisoletano que no portaba la mascarilla ni, al parecer, tiene intención de hacerlo en exteriores.

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