Un operario se dispone a desinfectar el urinario y recoger el líquido. I. F.

Un nuevo urinario canino con sello de Valladolid pasa la prueba en Huelva

Pipiguau está diseñado para que los perros orinen en esta columna y se evite el deterioro del mobiliario urbano y los malos olores

J. Asua

Valladolid

Domingo, 21 de noviembre 2021, 08:50

Ya ha pasado su primera prueba en Huelva y los promotores están satisfechos con los resultados. Durante quince días, más de quinientos perros de esta ... ciudad andaluza han levantado su pata para desahogarse en este nuevo elemento de mobiliario urbano, que busca acabar con los corrosivos cercos y el mal olor que deja el orín de los canes en farolas o fachadas. La empresa vallisoletana Ideas Frescas forma parte del equipo de Pipiguau, un urinario canino que ahora se promociona en diferentes ayuntamientos del territorio nacional.

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La idea se ha patentado a nivel europeo. El sistema está compuesto por una columna que se puede acoplar a cualquier elemento de calle en la que se despliega un plástico reciclado con surcos para que el líquido caiga a un depósito. Unas feromonas de origen natural extendidas en esa superficie provocan la atracción de los animales. Invitados por sus dueños, las mascotas huelen y las ganas de 'marcar' son inmediatas, según explica Javier Requejo, director gerente de la empresa.

El pis canino cae a un depósito que cuenta con un dispositivo de aviso de llenado y de bloqueo cuando llueve para que este no rebose. Dos o tres veces al día, un motorista de la marca visita el urinario para desinfectarlo y recoge el desecho, que se elimina de manera correcta. «Es un sistema más seguro y limpio para nuestras mascotas que orinar en una farola o jardinera, donde lo hacen otros animales y que no se limpia ni desinfecta con esa asiduidad», defiende Requejo.

Un perro prueba el aparato.

La ordenanza municipal obliga a fregar el pis con jabón

El Ayuntamiento considera el pis de los perros como un problema. Hasta el punto de haber incluido en la Ordenanza Reguladora de la Convivencia Responsable y Protección Animal, aprobada en 2018, la obligación de fregar con agua jabonosa los orines de los perros en fachadas y mobiliario (artículo 12.c). No hacerlo está tipificado como una infracción leve y conlleva una multa mínima de 150 euros. No es habitual ver a ningún propietario bayeta en mano y parece complicado que la Policía Local pueda hacer un seguimiento estrecho a los machos en sus continuos levantamientos de pata cuando pasean.

Está pensado principalmente para áreas de la trama urbana que no cuenten con parques ni espacios verdes. En el caso de las hembras, el problema es menor al orinar agachadas. Podrían utilizar el entorno del elemento, ya que también se limpia, pero está más enfocado a los machos, que mean en altura, con los consiguientes perjuicios para el mobiliario de las ciudades.

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Los promotores de Pipiguau han trabajado con veterinarios, educadores caninos y protectoras para el diseño de este sistema que, en principio, no tendría coste alguno para las arcas municipales de los consistorios que apuesten por él. El director de Ideas Frescas aclara que su instalación se podría compensar con la explotación publicitaria del dispositivo. El urinario se alimenta mediante placas solares y cuenta con una aplicación de geolocalización de mascotas y en la que también se puede ofrecer información sobre servicios o eventos municipales. «Ya se ha firmado un acuerdo para la fabricación con la multinacional HMY, asentada en los cinco continentes y con sede en la ciudad Valladolid», desvela Requejo, quien ha presentado el producto también en su ciudad. El concejal de Seguridad y Salud Pública de la capital, Alberto Palomino, señala que «se está valorando» una posible implantación, aunque antes habría que estudiar el encaje legal y es «complicado», ya que el Consistorio tiene adjudicada la explotación de la publicidad urbana a la empresa JCDecaux.

Los promotores trabajan ahora en algunos ajustes. «Mantenemos conversaciones con varias universidades para estudiar la reutilización de la orina recogida como abono natural y cerrar así un proyecto de economía circular», avanza Requejo, además de apuntar la intención de poder dar trabajo a personas en riesgo de exclusión a través de convenios de colaboración con ONG de los diferentes municipios. «El objetivo es estar implantados en todo el territorio nacional en dos años», plantea.

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