Una máscara ritual africana. Gabriel Villamil

Valladolid

Maltrata a su mujer porque «tiene el demonio y no se deja ayudar»

Tribunales ·

El juez le conmuta la pena de un año de prisión si no vuelve a delinquir, pero le impone 56 días de trabajos para la comunidad y alejamiento de su pareja por dos años

M. J. Pascual

Valladolid

Lunes, 28 de agosto 2023, 14:09

«Ella tiene el demonio, que le molesta demasiado. Quiero ayudarla porque no se deja porque no lo entiende», recoge el informe médico forense de ... Saheed Ademola Lisa, de 40 años y con pasaporte nigeriano, juzgado por violencia de género. Acusado de golpear y vejar a su pareja, justificó el maltrato continuado en que el demonio pudo influir en su relación. «El demonio le hace hacer cosas negativas, pero ella es una buena mujer», declaraba el africano, a quien el juez le ha conmutado la condena de un año de prisión si no vuelve a delinquir durante tres, cumple las medidas de alejamiento a su mujer y no trata de comunicarse con ella.

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Según recoge la sentencia de conformidad, el acusado mantenía con la víctima del maltrato continuado una relación sentimental desde 2018 y convivían en un pueblo del entorno metropolitano de Valladolid. Desde principios de 2021 la relación empezó a ser más conflictiva con discusiones cada vez más frecuentes y casi siempre por motivos económicos. Desde entonces, «de modo frecuente, reiterado y dilatado en el tiempo, el acusado viene sometiendo a su pareja a continuos insultos y episodios de violencia». El hombre insultaba dentro y fuera de su domicilio a la mujer, con expresiones como «sucia perra», «dientes artificiales», «vieja hipopótama» y le deseaba que «ojalá que tus padres se mueran».

Ella no acudió a los servicios sanitarios «para no perjudicarle» tras una agresión

En una de esas fuertes discusiones por motivos económicos, ocurrida entre marzo y abril de este año, que se habría iniciado en el dormitorio, la mujer le dijo al acusado que recogiera sus cosas y abandonara el domicilio. Mientras este hacía la maleta, le arrojó una bota a la cara, lo que le causó una herida en el labio. «Ella no quiso acudir a los servicios sanitarios para no perjudicar a su pareja, con la que de nuevo hizo las paces», recoge la sentencia. Este clima «de agresiones y maltrato habitual, permanente y prolongado» se ha mantenido hasta este verano. La mañana del 26 de julio, entre las 9:30 y las 10:00 horas, cuando ambos se encontraban en el cuarto de baño de arriba volvió a producirse un enfrentamiento, en el que el acusado dio una bofetada a su mujer. Las discusiones e insultos se sucedieron hasta el 28 de julio.

Alteración mental

El juez ha atenuado la condena al tener en cuenta el informe forense, que refiere que el acusado «ve demonios en las personas, le molestan y tratan de controlarle, tiene que luchar contra ellos». Este asegura reiteradamente que «hay personas que acuden a él en busca de ayuda y lucha contra los demonios para ayudar a estas personas» y extiende el problema de los demonios a su propia mujer. El perito concluye que el acusado tiene «levemente disminuidas las facultades psicobiológicas de la imputabilidad» porque subyacen esas ideas en relación a su pareja.

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La sentencia considera que concurre en él la circunstancia atenuante de alteración mental y le condena por dos delitos de maltrato en el ámbito de la violencia de género a 56 y días de trabajos en beneficio de la comunidad, privación de tenencia y porte de armas por dos años y la prohibición de acercarse a la víctima, su domicilio y lugar de trabajo a una distancia inferior de 300 metros durante dos años. Tampoco puede comunicarse con ella en ese tiempo. Como autor de un delito de maltrato habitual, con la misma atenuante, se le impone un año de prisión, con la prohibición de llevar armas durante cuatro años y la distancia e incomunicación respecto de su pareja durante dos años.

La pena de prisión se suspende durante tres años, al carecer el condenado de antecedentes penales. El magistrado juzgador, titular del Juzgado de lo Penal 3 de Valladolid, Miguel Ángel Martín Maestro, condiciona esta sentencia a que el acusado no cometa ningún delito en ese tiempo, comunique cualquier cambio de domicilio, respete las penas accesorias y realice un curso pedagógico en materia de violencia de género, «bajo el apercibimiento de que, en caso de incumplir alguna de las condiciones impuestas, se le podrá revocar la suspensión concedida». La sentencia, que se dictó 'in voce' durante el juicio rápido, es firme.

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