El obispo aurxiliar de Valladolid, Luis Argüello, con el ecónomo de la diócesis, José María Conde. RODRIGO JIMÉNEZ

La Iglesia recortará sus «gastos no urgentes» para compensar la caída de ingresos en Valladolid

La diócesis busca cómo cuadrar sus cuentas ante el descenso de los donativos y el aumento de partidas para ayudar a familias vulnerables

Víctor Vela

Valladolid

Martes, 3 de noviembre 2020, 13:10

El ecónomo de la diócesis, José María Conde, ya ha lanzado un mensaje a los responsables de la Iglesia católica en Valladolid: «Habrá que elaborar el presupuesto del próximo año con la certeza de que tendremos menos ingresos. Y eso obligará a tirar de la hucha y de los ahorros, por un lado, y a disminuir todos aquellos gastos que no sean urgentes».

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La pandemia ha obligado también a la Iglesia a apretarse el cinturón, consciente de que este 2020 será imposible alcanzar las cifras de ingresos logradas en 2019, cuyo ejercicio económico, una vez cerrado, presentó este martes Luis Argüello, el obispo auxiliar.

El año pasado, la diócesis manejó unas cuentas de 19.532.710 euros, una cifra en la que se incluyen los organismos que dependen de la administración diocesana (todas las parroquias y la catedral, el seminario, el colegio del Carmen y la escuela Fray Luis de León, el centro de espiritualidad, el hogar sacerdotal y las librerías diocesana y de la calle Santuario). Con presupuesto aparte trabajan otras entidades, como Cáritas.

De esos 19,5 millones, hay cinco (el 26%) que proceden directamente de las aportaciones de los fieles. De ellos, 2,1 millones son colectas parroquiales, 567.503 llegan de suscripciones, 899.891 euros de otro tipo de colectas y 1.495.106 de diversos ingresos de fieles (por ejemplo, herencias, con media docena cada año). El hachazo a estos ingresos este año es significativo.

El cierre de templos durante el confinamiento y las restricciones de aforo han reducido a casi la mitad las aportaciones a los cepillos (aunque los donativos 'on-line' han subido de 3.000 a 70.000 euros en el portal donoamiiglesia.es). Y hay otras vías de ingresos que también se resienten. «La Junta ya nos ha dicho que los presupuestos de Patrimonio para la restauración de edificios catalogados Bienes de Interés Cultural (hay 60 en la provincia que dependen de la Iglesia)también va a menguar», desveló Argüello, quien ve «difícil que en los próximos dos años se mantenga el acuerdo con la Diputación para las obras en templos y ermitas». Las subvenciones públicas inyectaron en 2019 hasta 3,1 millones a las arcas de la diócesis.

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Hay otros 3,9 millones que proceden de la asignación tributaria y tres millones vinculados a productos financieros (acciones o intereses bancarios). A esto habría que sumar 3,6 millones por ingresos en servicios (como las matrículas de la escuela de magisterio Fray Luis de León).

La previsible caída en los ingresos obligará a la diócesis a recurrir a sus ahorros y evitar gastos, como la reparación de templos, que no requieran obras urgentes. La conservación de edificios y su mantenimiento se llevaron 7,8 millones en 2019. Hay además 2.952.644 euros destinados a la retribución del clero. Los 257 sacerdotes cobran, de media, mil euros al mes. Y muchos, recordó Argüello, han renunciado a parte de su sueldo para hacer frente a los gastos corrientes de su parroquia (como el recibo de la luz) ante la caída de ingresos por la colecta. Esto se produce en un momento con más esfuerzo asistencial a familias vulnerables. El año pasado atendieron a 13.632 en sus centros para mitigar la pobreza. A falta de cerrar el año, esa cifra es hoy superior por la pandemia.

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