Investigados dos empresarios cárnicos por abandonar 16 jabalíes muertos sin refrigeración en Valladolid
El furgón, estacionado en el centro de la capital, fue descubierto por los agentes por el «olor repulsivo» que desprendían los animales
Aparcada en pleno centro, con las puertas entreabiertas y sin sistema de refrigeración. El «olor repulsivo» procedente de una vieja furgoneta condujo a los policías municipales a descubrir dieciséis jabalíes muertos en avanzado estado de descomposición y tres bidones de plástico llenos de vísceras en su interior. La posterior investigación sobre los responsables de la escena, a cargo de los agentes del Seprona de la Guardia Civil, permitió la identificación de los dos responsables de una empresa cárnica, J. A. B. T. y M. A. M., vecinos de la capital, que serán investigados ahora por un delito contra el medio ambiente.
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Los hechos ocurrieron a finales de febrero, cuando los policías locales inspeccionaron una furgoneta en aparente estado de abandono, que llevaba varios días estacionada en una calle del centro y que tenía las puertas sin cerrar. Enseguida comprobaron el hedor que salía de su interior y, al abrir los portones traseros, se encontraron con una cámara (sin refrigeración) repleta de cadáveres descompuestos de jabalíes (16) y los tres bidones con vísceras de animales. El vehículo en cuestión fue trasladado por la grúa municipal para la destrucción de los restos a cargo del servicio municipal de veterinaria (salud pública) y los hechos fueron comunicados al Seprona por el evidente «riesgo contra la salud pública» que generó la descomposición de los animales.
Los guardias civiles identificaron finalmente a dos empresarios locales, apoderados de una empresa dedicada a la recepción, elaboración y comercializació de carne de caza, que serán investigados por un delito contra el medio ambiente, que puede suponer penas de seis meses a dos años de prisión y su inhabilitación profesional de uno a dos años.
La Benemérita recuerda que las empresas cárnicas deben «ejercer un adecuado control y vigilancia de la gestión de los residuos animales», destinados o no al consumo humano -en este caso, al parecer, no estarían destinados a su consumo-, cuyo abandono en una vía pública y sin las debidas «condiciones de conservación y refrigeración» pueden suponer un evidente riesgo grave para la salud de las personas.
Las sanciones administrativas por estos hechos pueden acarrear cuantiosas sanciones, que oscilan entre los 600 y los 1,2 millones de euros (en el caso de las más graves).
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