La vicedirectora de La Nación de Buenos Aires, Gail Scriven, durante su conferencia ante un auditorio repleto Aida Barrio

Gail Scriven, vicedirectora de La Nación

V Encuentro Periodismo Miguel Delibes
«La IA nos asusta, nos desafía, pero la usamos diariamente como nuestra aliada»

El V Encuentro Miguel Delibes arranca en Valladolid con la conferencia inaugural de la vicedirectora de La Nación de Buenos Aires, Gail Scriven

Laura Negro

Valladolid

Jueves, 2 de octubre 2025, 12:03

El periodismo vive un momento de transición constante con los avances tecnológicos, la proliferación de distintos formatos y las exigencias de unos ciudadanos cada vez más ávidos de información. Sin embargo, hay una brújula que debe permanecer intacta, la verdad. Ese ha sido el punto de partida del V Encuentro Internacional de Periodismo Miguel Delibes, que este jueves ha abierto sus puertas en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.

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El encuentro, organizado por El Norte de Castilla y la Fundación Miguel Delibes, con la colaboración de Fundación 'la Caixa', reúne a algunas de las voces más relevantes del oficio para reflexionar sobre el presente y el futuro de la profesión. La periodista Silvia González ha presentado la jornada, inaugurada por Goyo Ezama, director general de El Norte de Castilla, y Fernando Zamácola, director gerente de la Fundación Miguel Delibes. Ambos han querido recordar la esencia del periodismo independiente que siempre defendió Delibes.

Así, Goyo Ezama ha abundado sobre la importancia de este encuentro internacional, que vio la luz en 2021 y que en esta edición ha atraído a un numeroso público profesional, pero también estudiantil. «Es un placer ver la sala repleta de estudiantes de periodismo de la UVa», dijo. Ezama destacó la figura de Delibes, al que ha definido como «gran innovador del periodismo». Apunta que «su sello significó una nueva manera, mucho más avanzada, de entender el periodismo», y alaba su forma de luchar contra la censura. Habló del «nuevo periodismo» y de la capacidad de El Norte «de llegar allí donde los demás se detienen gracias a un elenco de excelentes profesionales comprometidos con el periodismo de verdad».

Profesionales y estudiantes de periodismo se dieron cita en este Encuentro Internacional A. B.

Por su parte, Fernando Zamácola ha subrayado la vigencia del espíritu crítico de Miguel Delibes al recordar cómo, a comienzos de los años sesenta, el escritor plasmó en su novela 'Las Ratas' una denuncia social dura y descarnada, posible gracias a la libertad que ofrece la literatura. Delibes, ha señalado, ejerció un liderazgo real en el periódico, siempre en busca de la independencia, y asumió con valentía el papel incómodo de quien incomoda a los poderosos y a los que prefieren sociedades dóciles y sumisas. Ese espíritu, añadió Zamácola, «forma parte del ADN del periodismo, que necesita de medios diversos, plurales y, en ocasiones, enfrentados entre sí para que la ciudadanía pueda enterarse de lo que sucede». Advierte también de la hostilidad del entorno actual para la supervivencia de los medios, en un panorama marcado por la proliferación de bulos, cortinas de humo y por los riesgos que plantea la inteligencia artificial. «No hay nada como el continuo acecho del depredador», apunta. «Necesitamos la verdad mucho más de lo que somos conscientes. El pensamiento crítico no es posible sin información veraz», remarca.

Tras esa apertura, la atención se ha centrado en la conferencia inaugural, que corrió a cargo de la vicedirectora de La Nación de Buenos Aires, Gail Scriven, bajo el título '15 claves de la innovación en La Nación'. Llegó desde Argentina para impartir una lección práctica sobre cómo un medio centenario se ha enfrentado a un contexto muy convulso y que ha sabido transformarse sin renunciar a su labor de informar con la verdad.

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Scriven, que fichó por La Nación en 1998, ha compartido las estrategias que han permitido a este diario, a abrir nuevas puertas al lector, explorar narrativas distintas y mantenerse como un referente en tiempos de incertidumbre política y social. Comenzó su intervención recordando que, si bien el pensamiento crítico y la vocación de incomodar al poder forman parte del ADN del periodismo, hoy los medios se enfrentan un desafío adicional, llegar a audiencias cada vez más dispersas y encerradas en burbujas. Y puso como ejemplo el camino recorrido por La Nación, un diario con 155 años de historia y 350 profesionales en plantilla, muy tradicional, pero que en la última década ha emprendido un proceso de transformación profunda para adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales. «Estamos permanentemente buscando nuevas formas de llegar a la audiencia», resumió.

Esa renovación se ha sustentado en varios pilares. El primero, la «integralidad informativa», que consiste en ampliar el alcance de la cobertura más allá de la política, economía y sociedad, para explorar narrativas distintas y maneras innovadoras de contar la realidad. Otro enfoque es enfrentarse a un contexto más complejo, marcado por la aparición de líderes disruptivos que han convertido a los periodistas en su enemigo. Scriven citó palabras de Javier Milei —«no odiamos lo suficiente a los periodistas basuras (90%)»— y lo situó en la misma línea de figuras como Donald Trump o Viktor Orbán, que han llevado la polarización al extremo. «No estamos en guerra, estamos trabajando. Informar es nuestro trabajo», insistió, recordando que uno de los objetivos de La Nación durante el primer año de Milei en el poder, fue analizar en profundidad sus mensajes y el modo en que usa las redes sociales para presionar y amedrentar. El resultado fue una investigación de meses en la que, con ayuda de la inteligencia artificial, se estudiaron los horarios y los patrones lanzamiento de tweets que aplicaba el presidente argentino.

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La vicedirectora de La Nación de Buenos Aires, Gail Scriven durante su intervención A. Barrio

El tercer pilar lo ha llamado «coberturas de valor agregado». Scriven explicó que en procesos electorales La Nación se esfuerza en generar productos que despierten interés en el público, desde análisis visuales detallados hasta herramientas interactivas que invitan a los lectores «a jugar» con la información política. Como el test del «nivel de Trump en sangre» o con la versión adaptada a Milei. Propuestas diferentes, de tono lúdico, que permitieron al periódico entrar en las conversaciones sociales y tener una gran audiencia.

El cuarto elemento que destacó Scriven, fue el uso intensivo de datos, tanto hacia afuera como hacia adentro. La Nación no solo mide lo que interesa a sus suscriptores y al público en general para ajustar su oferta, sino que además convierte ese trabajo en una herramienta periodística de referencia. «Las declaraciones se las lleva el viento, pero siempre intentamos bajarlas a la tierra», apuntó Scriven, que también insistió en que la inteligencia artificial, lejos de ser un enemigo, se ha transformado en una aliada en el día a día de su redacción. Gracias a ella han podido analizar cientos de horas de discursos de Milei para detectar patrones, referencias bíblicas y objetivos políticos, como su insistencia en mantener viva la «grieta» y la búsqueda permanente de un adversario. Este trabajo, según dijo, llegó a influir incluso en el comportamiento del presidente, que tras el estudio decidió dejar de lado los insultos. «La IA nos asusta, nos desafía, pero la usamos diariamente como nuestra aliada», señaló.

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En su repaso, Scriven defendió otro principio innegociable, estar siempre en el lugar de los hechos. Puso ejemplos recientes, como la cobertura de un temporal que en pocas horas inundó la ciudad, en la que se hizo un seguimiento minuto a minuto y se realizó un documental sobre los héroes anónimos de la tragedia. Habló de nuevos formatos, como los documentales y los pódcast y «entrevistas más reposadas con personalidades fuera de agenda», que también causan gran interés entre la audiencia.

Finalmente, Scriven resumió esta transformación como una forma de combinar el periodismo de siempre —investigación, análisis, verificación— con las posibilidades que abre la tecnología, el enfoque lúdico y los nuevos formatos. «Los textos planos ya no generan interés», advirtió y terminó citando a su paisano, el periodista Sebastián Campanario, diciendo que «es imposible competir con la gente que se divierte haciendo lo que hace».

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