La calle Santiago ya es, después de casi 38 años, totalmente peatonal
El fin del paso de vehículos por Claudio Moyano elimina la franja de tráfico que atravesaba por la principal calle de Valladolid, cuyo primer tramo sin coches data de finales de 1982
El paseo despreocupado –con las prisas, las compras, los amigos, en familia– ya no tiene que estar pendiente de ese paréntesis de apenas ocho zancadas, de ese semáforo inesperado (hoy ya retirado), de ese pasillo tramposo que abordaba a los caminantes que de la Plaza Mayor a Zorrilla, de Zorrilla a la Plaza Mayor, atravesaban los 390 metros que de longitud tiene Santiago, tal vez la vía más famosa, la calle mayor de Valladolid.
Publicidad
Ahora, casi 38 años después de las obras que convirtieron su primer tramo en zona libre de coches (con permiso hasta las 11:00 para la carga y descarga) llega la completa peatonalización de Santiago. Enterita. De cabo a rabo.
Los trabajos que durante este verano pondrán fin al paso de vehículos por Menéndez Pelayo y Claudio Moyano no solo librarán a estas vías del tráfico rodado, sino que, de rebote, acabarán con la única franja de la calle Santiago por la que aún podían atravesar los coches.
¿Cuántos? El 20 de febrero de este año, antes de que el coronavirus trastocara todos los hábitos, la concejalía de Vialidad contó el número de vehículos que, a diario, de media, se metían por la calle Santiago, en su camino desde Claudio Moyano hacia Doctrinos. En total, 2.985, entre coches, motos y furgonetas. Las horas más complicadas, de ocho a nueve de la mañana (256), de 13:45 a 14:45 (259) y, especialmente, a media tarde, de 18:15 a 19:15, con 288 automóviles. Y todos ellos, obligaban a interrumpir el paseo (luz roja del semáforo de por medio) de las cerca de 20.000 personas que a diario, en ambos sentidos (el cálculo es de 2014, cuando se probó en este cruce un semáforo que daba prioridad al viandante), transitan por una de las primeras calles peatonales que tuvo Valladolid.
El miércoles 1 de diciembre de 1982, con Tomás Rodríguez Bolaños en la Alcaldía, el Ayuntamiento estrenaba un plan de movilidad que cortaba al tráfico varias vías del centro. La más importante era Santiago, pero la medida afectaba también a las zonas más cercanas de sus arterias aledañas (Constitución, Montero Calvo, Zúñiga y Santa María). Claudio Moyano (y el tramo de Santiago desde esta calle hasta Zorrilla) se quedaba fuera de este proyecto.
Publicidad
Desde ese día, los semáforos dejaron de funcionar y los agentes vigilaron que ningún vehículo entrara ya por unas calles que pasaban a ser patrimonio del peatón. «Consideramos necesario cambiar la jerarquía existente en el tráfico del centro», defendió el entonces concejal Javier Puertas, para hacer frente a las protestas de los comerciantes. Eso sí, habría que esperar algo más de dos años para que la idea se convirtiera en definitiva. El 5 de marzo de 1985, el Ayuntamiento adjudicó por 53.226.250 pesetas (320.000 euros) la peatonalización física de la calle Santiago. Las obras comenzaron después de la Semana Santa y se prolongaron hasta finales de ese año... no sin cierta polémica.
El Consistorio se vio obligado a cambiar el pavimento inicialmente elegido por las críticas de vecinos y comerciantes. De hecho, hay un testigo (a la altura del número 17) del tipo de baldosín de basalto (fabricado en la sierra de Granada) que inicialmente se tenía pensado utilizar. Ese mismo año, 1985, y esa calle fue la que eligió Amancio Ortega para abrir Zara en Valladolid (en una de las primeras ciudades, después de León y Ponferrada, en las que desembarcaba al salir de Galicia). Hoy, Santiago es la calle por excelencia de las grandes cadenas y franquicias.
Publicidad
Así, una vez concluidas las obras, Santiago se convirtió en la segunda calle peatonalizada de Valladolid, después de Cadenas de San Gregorio (el 27 de mayo de 1984) y antes de Mantería (1988) o Teresa Gil (1992).
Faltaba un tramo, desde Claudio Moyano a Zorrilla, cuya inauguración como peatonal llegó el 5 de octubre de 1997, con Javier León de la Riva como alcalde. Ya entonces, hace 23 años, el Consistorio lanzaba la posibilidad de impedir el tráfico por Claudio Moyano, algo que ahora se ejecuta, con Óscar Puente en el Consistorio. Los tres alcaldes de la democracia han añadido así tramos peatonales a la calle Santiago, hasta completarla.
Publicidad
El concejal de Espacio Urbano, Luis Vélez, explica que las obras actuales en Claudio Moyano (con la elevación de la calzada, para ponerla a la misma altura que las aceras) concluirán la semana que viene, con la decoración del asfalto con pinturas artísticas (al estilo de la que ya se puede apreciar en Regalado). Luego llegarán los trabajos al tramo de Doctrinos y se acordará (no hay decisión aún tomada) el tipo de firme que se usará en esta franja de Santiago que ahora, casi 38 años después, también está ya libre de coches.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión