Antonia San Juan presume en Instagram de un vestido creado por una diseñadora vallisoletana

Cuando la vallisoletana afincada en París Christina Prieth terminó de confeccionar un vestido con un hombro al aire, hecho de lentejuelas doradas que cambian al negro al pasar la mano sobre ellas, pensó inmediatamente en la actriz Antonia San Juan. «Es un vestido camaleónico, como ella. Antonia tiene mucha luz, un aura dorada como el color de las lentejuelas. Y además tiene unos hombros preciosos», explica esta joven diseñadora que nació en Valladolid hace 33 años y cuyo nombre es en realidad Cristina García. Pero en la capital parisina le conocen como Christina Prieth y, a través de una agencia, trabaja para las grandes marcas de la moda: Chanel, Louis Vuitton, Givenchy o Yves Saint Laurent.

Todo comenzó el año pasado, cuando Christina compró «tres metros de una tela preciosa de lentejuelas». Ella misma reconoce que le costó «bastante caro» pero que ha resultado «una buena inversión», ya que pocos escaparates pueden compararse a Antonia San Juan. «Ella no solo es famosa a nivel nacional, es una chica Almodóvar, en Francia también la conocen. Además, es una artista completa: hace teatro, televisión, cine, escribe...». Christina y Antonia tienen un amigo en común de su etapa madrileña. «Le envié la foto del vestido a Dani y a ella le encantó. De hecho se lo he prestado para que lo luzca en su próximo evento social pero ella no pudo esperar, se hizo una foto con el diseño y lo subió a Instagram», explica. Esta publicación ha conseguido más de 3.000 'me gustas' y una lluvia de comentarios elogiando tanto al vestido como a la actriz. «No lo puede lucir bien todo el mundo», aclara Christina, «la tela pesa, no es fácil de llevar Antonia es muy elegante y además se cuida mucho, tiene un cuerpazo. Es un vestido muy especial», afirma rotundamente. «Lo monté en un maniquí, es único. Pero cuando se lo probó Antonia no tuve que hacer ni un arreglo, le quedaba perfecto», asegura.

Aunque Christina Prieth disfruta de su vida parisina, sigue vinculada a Valladolid, donde reside su familia. «En Valladolid la gente viste muy al detalle, de forma conjuntada, y les gusta la mezcla de color. Las chicas llevan tacones bien altos. Y esto todos los días. Sin embargo en París son más sobrios, es diferente», explica. Al preguntarla por un personaje vallisoletano a quien vestir, su primera idea es Patricia Conde. «Me gusta, es fresca», opina. Puede que sea la próxima en lucir una de sus creaciones.