Juan Manuel Ortega, con su réplica en madera del Teatro Calderón.

La impresionante réplica en madera del Teatro Calderón

Un vecino de San Isidro reproduce a escala y hasta el mínimo detalle los principales monumentos de la provincia

Víctor Vela

Lunes, 9 de mayo 2016, 17:19

Juan Manuel Ortega remueve el saco de los recuerdos y de entre todos ellos saca uno: la imagen de aquellos paseos por Traspinedo, por otros pueblos de la provincia, en los que veía «a los mayores sentados en un banco, entretenidos con una navaja y un trocito de madera». De aquel pasatiempo salían obras de arte, filigranas que Juanma ha llevado ahora a su máxima expresión. «Yo estudiaba en el colegio de El Pilar y, por la tarde, nos mandaban a recoger maíz. A mí no me gustaba nada. Así que me quedaba haciendo manualidades, con once o doce años, ya con un trozo de madera entre las manos», evoca para recordar los orígenes de una afición que fue también tabla de salvamento.

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Con 24 años, después de muchas madrugadas raspando escamas en una pescadería del mercado del Val, Juanma tuvo que hacer frente a una jubilación anticipadísima. Se acordó de los mayores de su pueblo, de las manualidades del colegio y decidió convertir en réplicas de madera los principales monumentos de la provincia. Le hincó primero el cúter y la sierra a la Academia de Caballería («lo más bonito que tenemos en Valladolid») y siguieron después la plaza del Viejo Coso, San Benito, San Pablo, el mercado del Val. También las calles de Traspinedo (ha reproducido en seis metros el recorrido del encierro), el castillo de Peñafiel, todas las casas y parques de Valverde de Campos, el pueblo de su mujer.

Su última creación (vean las fotos y pásmense) es una reproducción a escala del teatro Calderón (atención a los soportales, las ventanas, el arabesco de la decoración) y ahora trabaja en una recreación de la Plaza Mayor, edificio por edificio. La minuciosidad es tal que hasta se fija en si las ventanas tienen 6, 8 o 10 cristales... porque hay de todo. Más de 400 vanos. Y 105 farolas (también incluye conducciones eléctricas para la electricidad). Juanma ha convertido en taller una habitación de su casa en San Isidro en la que, reconoce, pasa horas. Muchas horas acompañado por puros, maderas y coca cola. Ya su alrededor, la pared forrada de cajas con tornillos, arandelas, botes de cola, tarritos de pintura. «Invierto mucho tiempo, pero una vez que termino las maquetas, me desentiendo de ellas». Ha intentado sin éxito que elAyuntamiento las tenga. De momento, las conserva en una nave del pueblo hasta hallar un espacio donde cientos ojos puedan admirar su minuciosa labor.

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