Caballería analiza el papel del Ejército en Valladolid durante la crisis de 1917

La crisis política y social que se registró en Valladolid en el verano de 1917, coincidiendo con la Primera Guerra Mundial, que puso entre las cuerdas al gobierno conservador de Eduardo Dato, después de la Huelga General Revolucionaria, pocas veces se ha visto desde dentro del Ejército.

Coincidiendo con la Semana de las Fuerzas Armadas, la Academia de Caballería quiso acercarse a ese contexto de la Historia de España y al papel que desempeñaron las unidades militares de Valladolid. El teniente coronel Efrén Fernández Petite, licenciado en Geografía e Historia y diplomado en Comunicación Social, explicó ayer durante una conferencia la situación que vivió la ciudad en julio de 1917, en donde el número de jornaleros llegados del campo encontraron un empleo en los talleres ferroviarios, en la Electra Popular o en la Cerámica Silió. Una capital con 76.000 habitantes.

Con una posición neutral en la Gran Guerra, las consecuencias económicas sí llegaron con una inflación de precios y la escasez de alimentos. «Se cambiaba oro por patatas», ironizaban las caricaturas de la prensa de la época.

El estamento militar en Valladolid tampoco fue ajeno a esta crisis y promovió como respuesta la constitución de las Juntas de Defensa en las guarniciones, donde se llegó a cuestionar la política de ascensos. Unas unidades que luego tuvieron que frenar las revueltas por indicación del Ministerio de la Guerra.

Petite, que ha tenido acceso a los archivos militares, resaltó el papel en la gestación de esta huelga de un concejal socialista, Óscar Pérez Solis, considerado segundo líder del PSOE vallisoletano después de Remigio Cabello. «Es un personaje popular que tras dejar el empleo de capitán de Artillería fue elegido concejal y terminó afiliándose a la Falange, apoyando luego la sublevación de 1936», dijo.