La montera cayó boca arriba

Sin querer entrar en demasiados detalles, dicen que si el torero lanza la montera al aire y cae boca arriba es señal de mala suerte (aunque otros dicen que augura riqueza). Bueno, el caso es que ayer el vallisoletano David Luguillano tuvo buena suerte en su primer toro, que brindó al doctor Rabadán. En el segundo, lanzó la montera y cayó en el albero con el hueco hacia el cielo. Y en efecto, se frustró la faena. Pero miremos hacia los tendidos. Allí, en el 8, ella toda morenaza, se encontraba la novia del diestro, Yolanda Font, pañuelo blanco en ristre para pedir la oreja, que concedió el presidente, Félix Feliz. Al igual que su madre, Koky Font, quien compartía barrera en el mismo tendido con el empresario vallisoletano Julio Moral y su tía, la periodista de la Corte Consuelo Font. No podían fallar Clemente, el padre de Luguillano, y su tío Santiago. También acudieron los amigos de la familia Castro Luguillano, el domador de caballos Javier González de Pedro y su hermana María José.

Del mundo del deporte, se distinguía por los tendidos a los ex jugadores del Real Valladolid Alberto, Caminero, Onésimo y Javi Torres Gómez; y al presidente del Balonmano Cuatro Rayas, Dionisio Miguel Recio, acompañado de su mujer, María Jesús García. También acudieron a ver a la terna, que completaban César Jiménez y Daniel Luque, el alcalde de Íscar, Alejandro García; el concejal vallisoletano Manolo Sánchez; y el presidente de la Diputación de Burgos, César Rico. Por los balconcillos se pudo ver al perito agrícola Juan Manuel Raso y a la enfermera Concha Carbajo; al agricultor cigaleño Valeriano Malfaz, con su hija, la inspectora de trabajo Nanda Malfaz; al empresario Antonio Abellán, del hotel Imperial; y a los jóvenes amigos Miguel del Guayo Ortiz y José García Simón.

El comerciante Pedro Muñoz, de Justo Muñoz, volvía a ocupar su abono en el tendido 7; el dibujante Miguel Ángel Soria, autor del cartel de este año, se ubicaba en el 6, al igual que Eugenio Gómez García, durante muchos años director de la Asociación Musical Iscariense; mientras que Vicente Garrido Capa, de Lingotes, se encontraba en un burladero con su hijo Pablo, muy cerca de Jesús Gil (no, no se preocupen), hasta el año pasado y durante décadas apoderado del Bombero Torero.