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«Los actores se morían por hacer un western»

Mateo Gil directorLa mano derecha de Amenábar revive la leyenda de Butch Cassidy en un 'western' con gran reparto

ROBERTO GONZÁLEZ

Viernes, 1 de julio 2011, 03:03

Mateo Gil (Las Palmas de Gran Canaria, 1972) es conocido por sus guiones para películas de Alejandro Amenábar como 'Abre los ojos', 'Mar adentro' o 'Ágora'. En 1999 dirigió su primera película, 'Nadie conoce a nadie', con Sevilla y un 'serial killer' como telón de fondo. Ahora vuelve tras las cámaras en un western sobre el legendario Butch Cassidy. Sam Shepard, Eduardo Noriega y Stephen Rea componen un reparto de altura.

-Han pasado muchos años desde tu debut.

-Tuve miedo de quedarme estancado en el tema de la dirección. Hace cinco años rodé una 'tv movie' y me vino muy bien para enfrentarme a 'Blackthorn'.

-Has trabajado sobre un guión ajeno.

-El guionista (Miguel Barros) es amigo mío. Él me iba pasando fragmentos y yo le daba mi opinión, pero no pensaba dirigirla. Cuando se cayó el proyecto en el que yo trabajaba el productor me sugirió que me lo apropiara.

-¿Te preocupa la imagen que el público tiene de Butch Cassidy por películas, como 'Dos hombres y un destino' (filme legendario de George Roy Hill protagonizado por Paul Newman y Robert Redford)?

-Sí, tenía miedo a que hubiera una corriente contraria al filme por querer resucitar a un personaje que había muerto tan bien en el cine. Nuestro filme es muy distinto y a la vez tiene mucho de homenaje. Butch Cassidy tenía tantas facetas interesantes que dan para muchas películas.

-¿Cuáles?

-Era un atracador que no se guiaba solamente por el deseo del botín, sino que tenía una ideología concreta: robaba a grandes compañías, jamás a la gente, y siempre compensaba a la persona que le ayudaba. Planificaba sus atracos a la perfección para evitar la violencia. No hay asesinatos en su expediente hasta el día de su supuesta muerte en Bolivia, en el que murieron dos soldados.

-¿Por qué la mayoría de los westerns que se hacen son 'crepusculares'?

-Hay de todo, pero el género pasó su época dorada. Hacer un western hoy tiene 'per se' una connotación nostálgica que te da el tono crepuscular, aunque no lo busques.

-Cada vez que sale una nuevo filme del Oeste se hablaba de resurrección del género.

-Ni ha muerto nunca ni creo que se convierta en el género de moda. Está tan asociado a cómo se desarrolló el lenguaje cinematográfico que siempre habrá alguien que quiera hacer un western y siempre habrá espectadores que quieran verlo, aunque no sea mayoritario.

Ni muerto, ni de moda

-Shepard, Noriega y Magaly Solier ('La teta asustada', 'Amador') son actores que uno no esperaría encontrarse en la misma película.

-Añadiría a Stephen Rea, que vino gracias a su amistad con Sam Shepard. Son actores muy diferentes pero había una cosa muy poderosa que los unía y es que todos se morían por hacer un western.

-¿Fue un rodaje complicado?

-Sí, porque en el altiplano boliviano no hay grandes infraestructuras. Hubo problemas para el alojamiento, carreteras de tierra y distancias gigantes. Nos obligó a improvisar, pero la película encontró su estilo y de esas circunstancias salió algo valioso.

-¿Resultaría creíble un western rodado con españoles?

-Depende de cómo lo hagas. En 'Blackthorn', por ejemplo, el personaje de Eduardo Noriega es español.

-¿Cómo ves tu futuro?

-Sería ideal combinar la escritura de guiones para otros directores con la dirección. Estamos en un momento muy delicado y no sé qué pasará. No sólo por el descenso de taquilla sino también porque las televisiones ya no invierten lo que invertían. Rodar una película en castellano está muy difícil. Cuanto más pequeño sea el mercado menos presupuesto puedes conseguir.

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