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Carlos Bustamante, con el programa de fiestas. :: J. FERNÁNDEZ
VALLADOLID

El hombre que pudo traer al Rey

Durante treinta años dio trabajo a centenares del vecinos del pueblo Carlos Bustamante Alonso, pregonero de esta edición

J. FERNÁNDEZ

Miércoles, 29 de junio 2011, 02:58

Durante unos treinta años, entre las décadas de los cincuenta y los setenta, Carlos Bustamante Alonso gestionó la labranza de la cercana dehesa de Peñalba donde llegaron a trabajar alrededor de un centenar de vecinos de Traspinedo en distintas labores de campo. Esa importancia en la vida económica y social de aquella época ha sido reconocida este año por el Ayuntamiento y la comisión de festejos para que la familia Bustamante sea la encargada de ofrecer el pregón de las fiestas de Santa Isabel.

Sorprendido todavía por la noticia se muestra «encantado de haber sido elegido para dar el pregón porque los vecinos de Traspinedo siempre me han demostrado la gran nobleza que les caracteriza. Para mi no han sido simples obreros, han sido gente de confianza y muy sabia y muy entendida en los trabajos del campo, en especial en temas de regadío», destaca este antiguo colaborador de EL NORTE DE CASTILLA -en las etapas de Martín Abril, Miguel Delibes y Fernando Altés- con la redacción de artículos referidos al medio rural y agrícola en los que no faltaban las alusiones a Traspinedo y «hasta eran leídos en voz alta en el 'bar de Taca' con gran expectación y entusiasmo para todos los que se encontraban allí».

Los recuerdos

En su pregón enumerará anécdotas y recordará con mucho cariño y afecto a un sinfín de personas conocidas de la localidad con las que coincidió durante su estancia. «Seguro que de todas las familias de Traspinedo hay alguno de sus miembros que trabajó con nosotros en la dehesa. Familias enteras se emplearon allí. Eran los años del hambre, cogíamos a toda persona que pedía trabajo, jamás se lo hemos negado a nadie fueran más o menos válidos. Allí todo el mundo servía para hacer algo. Era un tiempo en el que la gente pasaba verdadera necesidad por ello además del jornal se daba un kilo de harina diario a cada obrero que en esos tiempos era incluso más importante que el propio salario. Había un trato muy familiar, es como si estuvieran trabajando a gusto en su casa», destaca Bustamante.

El pregonero recuerda que en las fiestas de antaño «me salían a buscar al Apeadero y luego hacíamos meriendas y celebraciones en las bodegas en las que se asaban barras de lechazo y en las que no faltaban los cánticos -su canción favorita 'Granada'- y después se iba a dar un abrazo a la Atalaya -el roble símbolo del municipio-. Creo que eran fiestas menos refinadas que ahora en las que había toros, encierros, limonada y se hacía el baile donde Vallejo».

Coronel del Ejército, compaginaba por entonces su profesión en las tareas de la instrucción de reclutas con las gestiones en la dehesa de Peñalba. Solía tener encuentros en el pueblo con compañeros militares de distinto rango que se desarrollaban con eventos gastronómicos en el Mesón Molinero. Y hasta el Rey de España, Don Juan Carlos, estuvo a punto de visitar la localidad en una de esas reuniones por la relación personal existente entre Bustamante y el Monarca. «Todo estaba preparado para su recibimiento, se hizo un círculo en el campo de fútbol para que el monarca aterrizara allí, en cocina esperaban un montón de lechazos y vino de Vega Sicilia, incluso el alcalde me preguntó que si blanqueaba el pueblo para recibirle», comenta entre risas Bustamante, que sufrió hace tiempo una mutilación en acto de servicio y tiene solicitado su ascenso a General.

Enorme cariño

Siente una gran decepción ante la imposibilidad de no poder acudir a la cita del pregón -finalmente será su hermano Ignacio el que dirija sus palabras a los asistentes- y envía un «enorme cariño y un abrazo muy fuerte a todos los vecinos del pueblo porque con cada familia es una historia de verdadera amistad. No digo gracias como cumplido sino porque es mucho lo que debo a los vecinos por su buen comportamiento. He visitado muchas de sus casas y paseado por las calles del municipio. Me enseñaron y trabajé con mis manos en todas las labores, todas, que ellos mismos realizaban y con las que se ganaban el pan con su sudor. Luego se hacían fiestas en la recolección de cada producto y yo mismo servía las comidas», finaliza Carlos Bustamante, sin olvidar su gran amistad con José Velicia, natural de Traspinedo y fundador de Las Edades del Hombre.

El encargado del pregón espera que en las fiestas de Santa Isabel se mantenga la alegría, ya que en Traspinedo «se sabe cuando se entra pero no cuando se sale, y que se explote lo que se pueda el lechazo asado en barra», como a él le gusta decir en vez de pincho de lechazo.

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