Con cruces de más de 100 kilos

Cerca de 150 penitentes portando pesadas cruces de madera desafiaron hoy a la lluvia y al frío en la procesión de Viernes Santo que tuvo lugar en San Ildefonso, en Segovia, caracterizada por la capacidad de sacrificio de los participantes.

Los penitentes salieron de la iglesia de los Dolores y recorrieron varias calles del Real Sitio de San Ildefonso, caminando descalzos sobre los adoquines y asfalto a lo largo de dos horas, hasta llegar a la Colegiata, en el Palacio Real, para cantar la Salve a la Virgen, y regresar de nuevo a la iglesia de los Dolores. En la procesión participaron miembros de las diversas cofradías y los representantes de la mayoría de los diferentes partidos de la Corporación municipal. Todo el recorrido fue contemplado por miles de personas, tanto de la localidad como turistas que vieron la peculiaridad de este recorrido en el que los penitentes llevan pesadas cruces de madera y cadenas de hierro, con hábitos de color marrón o gris, y con la cara tapada. El peso de las cruces no está prefijado, y es el penitente el que elige la cruz. Las cruces son de madera de roble, y suelen pesar más de 100 kilogramos, por lo que muchos de ellos llegan extasiados al final del recorrido.

Del siglo XVIII

Losinicios de la procesión de Viernes Santo se remontan al año 1745. Los primeros penitentes datan del año 1760, los cuales salían en penitencia con sus respectivas Hermandades como la del Cristo del Perdón y Virgen de los Dolores.

En la procesión se sacaron las imágenes del Cristo de los Alijares, de origen anónimo, que por colecta popular del barrio de los Alijares la compró en el año 1949. Además se portaba a la Virgen de la Soledad, figura de Luis Salvador Carmona, de 1745; y el Cristo Yacente, del mismo creador y año. Todas ellas tuvieron que ser cubiertas con plásticos para protegerlas de la lluvia, informa Ical.

La procesión del Viernes Santo en La Granja es digna de ver.