Los mayores juegan a la guerra
El Airsoft da la posibilidad de practicar auténticas estrategias bélicas en campos de batalla simulados
T. L.
Viernes, 27 de agosto 2010, 03:05
Las instalaciones del antiguo zoo de Matapozuelos fueron la sede elegida por los amantes del Airsoft para celebrar el último fin de semana de junio su primera 'Experiencia Tiergarten', una prueba piloto, en el que participaron aficionados a esta actividad procedentes de La Rioja, País Vasco, Madrid y Cataluña, y que contó con la colaboración del Ayuntamiento de Matapozuelos. «El encuentro fue todo un éxito. Los propietarios nos cedieron gratuitamente los terrenos y el alcalde y los vecinos se volcaron con nosotros, porque las pruebas tuvieron lugar en terrenos públicos y privados», explica Joaquín Cerezo, miembro de la directiva de la Federación Nacional de Airsoft y uno de los organizadores.
El Airsoft nació en Japón en la década de los setenta y llegó a España en 1996, aunque en la actualidad hay asociaciones en casi todas las provincias españolas. Es un juego basado en la simulación de combates para lo que se utilizan réplicas de armas de fuego que disparan bolas de plástico de entre 6 y 8 milímetros. Los escenarios y objetivos son similares a los de una guerra real, como lo es el equipamiento de los participantes, muchos de ellos militares de carrera o estudiosos de la estrategia bélica que juegan siempre bajo una identidad y un rango concretos.
Los amantes de este juego analizan el terreno, estudian las diferentes tácticas y durante varios días superan diversas pruebas físicas con el propósito de alcanzar el objetivo. Viven la guerra sin necesidad de estar en el campo de batalla y practican lo que definen como un deporte sano y sin riesgos. «Yo he jugado -subraya el propio Álvaro Ausín- y es una forma de divertirse y de estar en contacto con la naturaleza. De pequeños, sobre todo a los hombres, nos gustan las pistolas y de mayores nos sigue gustando jugar a la guerra».
Los participantes organizan sus reuniones en campos de batalla que suelen estar acondicionados con elementos como muros, búnkeres, trincheras y edificaciones que ofrezcan un realismo similar al de los entornos bélicos reales. Las 35 hectáreas del antiguo zoo ponen a disposición de los aficionados ventajas como su proximidad al pueblo (posible 'objetivo civil' de los guerreros) y su más de un kilómetro de linde con el cauce del río Adaja.
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