Declive del asno zamorano leonés pese a los esfuerzos

Las Administraciones y las asociaciones han fomentado la cría de la raza del burro zamorano leonés durante los últimos años debido a que el número de ejemplares cada vez es más escaso. Sin embargo, el reciente interés por la conservación de este animal autóctono no ha logrado que aumenten la cantidad de estos ejemplares, aunque, desde algunas asociaciones reconocen que «al menos ahora ya no continúa la tónica reduccionista de los últimos años».

Los burros han sido seleccionados y utilizados por la población humana desde hace miles de años en las tareas domésticas y agrícolas. En España, se han diferenciado históricamente tres razas de burros: el asno andaluz, el asno catalán y el asno zamorano leonés. En concreto, el burro zamorano leonés tuvo su momento de esplendor en el siglo XIX y a principios del XX, cuando el cruce con yeguas daba lugar a magníficas mulas de las que dependía la labranza y el transporte de la comunidad.

Hacia finales del siglo pasado la situación de auge cambió. A partir del desuso de las mulas, el asno zamorano quedó su población restringida a las comarcas de cría tradicional que coincide plenamente con la distribución de los mejores ejemplares: las comarcas de Aliste y Alba, la parte oeste de la tierra de Pan y el norte de la comarca de Sayago.

La Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa (Aszal), la organización que más apoya a esta raza autóctona y que colabora conjuntamente con las administraciones públicas, explica la importancia que tiene conservar esta histórica raza cuyo número de ejemplares apenas sobrepasa el millar. «Desde los años 60 hasta ahora se ha reducido mucho la cantidad de burros zamoranos, porque los agricultores ya apenas trabajan con ellos y además los pocos que aún tienen un animal de este tipo son jubilados», indican desde la Aszal. No osbtante, reconocen que se han producido algunos cambios desde los últimos años: «La población no ha crecido, sin embargo, hemos contenido la tónica reduccionista que se estaban presentando en las últimas décadas».

Aszal está constituida por unos 550 socios localizados un 80% en la provincia de Zamora y un 20% de otras provincias. El objetivo de esta asociación es velar por la conservación, mejora y promoción del asno zamorano-leonés colaborando con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Zamora en diferentes líneas de actuación como son: gestión del libro genealógico, ayudas para los ganaderos, censo y marcaje de ejemplares, promoción de la raza, mejora de la reproducción y comercialización, así como la participación en programas comunitarios de conservación. Por otro lado, Aszal colabora con las Facultades de Veterinaria de Madrid y de León en el desarrollo de diferentes proyectos de investigación animal.

El presidente de Aszal, Víctor Casas del Corral, explica la difícil situación de esta raza que encuentra peligrada su continuidad por el bajo número de ejemplares que existen hoy en día. «La problemática principal de la raza, coincidente con la del medio rural español, es la elevada edad media de sus propietarios, la relación con la economía de autoabastecimieno de éstos y el escaso número de nacimientos debido a la elevada edad media de las asnas, así como a problemas reproductivos y sanitarios», indicó el actual presidente de Aszal.

Centro reproductivo

Zamora cuenta con el único centro de reproducción de la raza zamorana leonesa. En la localidad de Santa Croya de Tera, en lacomarca de Benavente, cada año nacen decenas de buches. Aszal se encarga de hacer posible que cada año esta raza esté más alejada de estar en peligro de extinción. Para ello, en las instalaciones ganaderas de este municipio realizan no sólo la reproducción de nuevos ejemplares y su cría, sino la compraventa de estos animales. «Ponemos en contacto a personas que están interesadas en comprar los buches con las personas que los venden», asegura.

Asimismo, realizan en este centro multitud de actividades, precisamente, para dar a conocer y fomentar la cría de estos animales, olvidadas por la sociedad en las últimas décadas. «Los lunes realizamos cursos con personas con síndrome de Down, es una actividad que se ha investigado que es buena para ellos, además de para las personas que tienen Alzheimer», comenta. Además, imparten cursos para veterinarios, ganaderos y universitarios . «Les enseñamos a domar a estos animales, a cortarles los cascos y, en general, a conocerles mejor», explica.

El centro reproductivo de Santa Croya de Tera investiga como mejorar la raza animal. El presidente de Aszal reconoce que en sus instalaciones se pretende evitar la consaguinedad derivada del escaso número de animales. «Elegimos el mejor semen para obtener una raza de mejor calidad», asegura.

El burro zamorano leones es un asno bien conformado de gran corpulencia, cabeza muy voluminosa con pabellones auriculares anchos y agrandados, recio esqueleto por el que destacan sus extremidades y buen temperamento. Su pelo es largo, basto y abundante.

Su cabeza es grande, larga. Más pequeña en las hembras. Nuca amplia y orejas muy grandes y anchas. Hocico con chaflán característico de esta raza. El dorso es fuerte y las pala largas, angulosas, gruesas y pobladas de abundante pelo. Cascos anchos y bien desarrollados.

Predomina el pelaje negro mal teñido o sucio; se degrada hasta convertirse en plateado en las cercanías de la nariz, alrededor de los ojos, axilas, parte inferior del pecho y cara interna de las nalgas, bragadas y bajo vientre. Su lana es abundante, por ello los ganaderos suelen esquilar este animal durante los meses más calurosos del año.