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RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL
Lunes, 28 de junio 2010, 03:41
Kirguistán aprobó ayer en referéndum una nueva Constitución que la convierte en la primera república parlamentaria de Asia Central. Así lo anunció en una rueda de prensa celebrada tras el cierre de los colegios electorales, la jefa del Gobierno interino, Rosa Otunbáyeva. Según sus palabras, fue «un día histórico», ya que Kirguistán «se ha dotado de instituciones legítimas de poder y tendremos ahora, no un Gobierno interino, sino uno legítimo». Dijo también ser ya la «presidenta durante el período de transición y responsable directa del Ejecutivo». Comienza así, añadió, «el camino hacia el establecimiento de una verdadera democracia del pueblo». Otunbáyeva hizo las declaraciones sin haberse escrutado aún las papeletas.
El índice de participación estuvo muy por encima de lo esperado. Según datos oficiales, se situó en torno al 70%. El Gobierno provisional surgido tras el derrocamiento del presidente Kurmanbek Bakíev y el fin de su régimen, en abril, necesitaba efectivamente la consulta. No sólo para modificar la Carta Magna y desbrozar el camino hacia las legislativas, sino también como única forma de legitimación.
Los kirguises tuvieron que plasmar en la papeleta de voto su consentimiento o desacuerdo con el nuevo proyecto de Constitución, que convierte la figura del presidente en un mero cargo representativo y deja en manos del Parlamento la formación del Gobierno. El nuevo jefe del Estado se presentará para un único mandato de seis años. Otunbáyeva se propone convocar elecciones legislativas para el próximo otoño.
El líder del partido Kirguistán Unido, Adaján Madumárov, no obstante, manifestó que los datos oficiales de participación «son extremadamente exagerados». Las localidades con mayor abstención fueron Osh y Jalalabad, escenario de los graves incidentes que acabaron con la vida de casi trescientas personas en las horas siguientes a la noche del pasado día 10, cuando jóvenes kirguises y uzbecos protagonizaron una colosal reyerta que degeneró en limpieza étnica.
Unas doscientas personas se manifestaron ayer en Jalalabad y llamaron a no acudir a las urnas mientras las personas arrestadas bajo sospecha de haber participado en la matanza de uzbecos no sean puestas en libertad.
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