Vigilantes de la población y del sueño eterno
LORENA SANCHO
Miércoles, 23 de junio 2010, 03:03
El Ayuntamiento de Soria está de pleno. Dos agentes de la Policía Municipal vigilan a las puertas en esta larga sesión plenaria. Las fiestas de San Juan ya están aquí y el turno de noche se antoja tranquilo, sobre todo en época de exámenes. «Esto no es Madrid, no tiene nada que ver con una ciudad grande», comenta César, el jefe de servicio. Tres patrullas realizan la ronda por las calles sorianas. El fin de semana habrá una más. Hay más jaleo y se nota. «Lo normal, alguna pelea, controles de alcoholemia y cierre de establecimientos». El ámbito en el que trabajan les permite además llegar los primeros al lugar de los hechos. «En cuatro minutos allí».
La vigilancia es también la especialidad de Félix Rodríguez. No es policía, sino propietario de la única funeraria-tanatorio de la zona de Cervera de Pisuerga. Su guardia dura las 24 horas del día los 365 días al año. Después de sesenta servicios anuales, Félix habla con naturalidad de un tema tabú. Eso sí, asegura no llegar a acostumbrarse a un trabajo en el que se embarcó hace casi tres años. «Cuando la gente es joven, como los montañeros de este año, es duro». Si recibe una llamada, coge el coche fúnebre y traslada el cadáver hasta su tanatorio para prepararlo. Lo importante, dice, es que el ambiente sea «confortable». Difícil tarea.
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