«En la pista dicen que tengo cara de mala uva»

Pese a su juventud, ya tiene una dilatada experiencia en el mundo del deporte y en el del arbitraje. Keiko Clara Takeuchi Torres (Las Palmas de Gran Canaria, 1977) comenzó practicando kárate, pasó a jugar al golf y empezó como árbitro de balonmano con apenas 17 años. Es técnico especialista en Comercio Internacional y acaba de recibir uno de los trofeos al deporte vallisoletano que el bar La Central ha entregado parar celebra su vigésimo aniversario.

-¿Cómo se inició tan pronto en el mundo del arbitraje?

-Vi un anuncio en el periódico y me llamó la atención. Necesitaban árbitros de balonmano y decidí apuntarme a los cursillos en el polideportivo Canterac. Aprobé y, poco a poco, fui ascendiendo de categoría hasta la Primera Nacional. Me recibieron árbitros de Asobal y hasta la fecha, salvo un año sabático que me tomé porque estaba quemada.

-¿Se sorprendieron sus compañeros al verla?

-Supongo, porque sólo había una chica que pitaba, pero lo dejó. El curso lo hice con Susana Reoyo, mi compañera actual en la pista. y algunas más. Fue el curso donde más árbitros femeninos salimos.

-¿Dentro de la pista, algún problema?

-Normalmente, los chicos imponen más. Los primeros cinco minutos para todo árbitro son difíciles, pero para nosotras es el doble. Tenemos que salvar muchos obstáculos.

-¿Qué hace cuando tiene que expulsar a un jugador de más de 100 kilos?

-Me dicen que pongo cara de muy mala uva; que no soy lo mismo fuera de la pista que cuando estoy dentro. Está claro que no es lo mismo, porque en la pista hay que estar atenta al juego. Dicen que cuando no arbitro siempre tengo una sonrisa, haciendo honor al nombre que tengo.

-¿Qué significa?

-'Keiko' es niña feliz.

-¿Feliz dentro de la pista también?

-Sí, me gusta mucho el arbitraje y el balonmano y cambiar impresiones con la gente. Los jugadores me dicen que les expulso sin haber hecho nada, pero es normal. Las relaciones con todos son muy buenas.

-¿En las gradas es peor que en la cancha?

-Sí, pero contra eso no puedes luchar. Es lo que hay. Lo de la pista lo controlas o lo puedes controlar, pero en las gradas no puedes hacer nada.

-¿Ha tenido ganas de dar un tortazo a algún grosero?

-Alguna vez, pero como no puedo saltar a la grada... Sí que me hubiese gustado después del partido haber podido hablar con ellos para ver el punto de vista de cada uno.

-El diálogo, ¿lo primero?

-Sí. Nosotras somos dialogantes y nos gusta dar y que nos den el punto de vista de cada jugada.

-¿Entre partido y partido?

-Trabajo en el departamento de formación de la Fundación Laboral de la Construcción.

-¿Qué siente con un premio?

-Una ilusión muy grande porque los árbitros, normalmente, nos llevamos la peor parte.