Le Corbusier y el 'coche maximum'
A finales de los años veinte el genial arquitecto concibió un revolucionario proyecto de automóvil que hoy, desde la perspectiva del Siglo XXI, permanece plenamente vigente
SANTIAGO DE GARNICA
Sábado, 20 de febrero 2010, 02:18
Para Charles Édouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier (1887-1965) «si el problema de la vivienda se estudiase como un chasis de automóvil, se vería rápidamente una transformación, una mejora de nuestras casas. Si estas casas fueran construidas industrialmente, en serie, como los chasis de los automóviles, de inmediato surgirían formas inesperadas, pero saludables, defendibles, y la estética se formularía con sorprendente precisión».
Cuando estos pensamientos se proyectan estamos en la segunda década del siglo XX, con una industria que arranca con fuerza y sitúa en ciudades y carreteras automóviles que fascinan a los creadores e intelectuales de la época. Para los futuristas «es símbolo tutelar del dinamismo universal que sintetiza los elementos esenciales de la creación humana; la exploración de nuevos desarrollos de la estética moderna». Para un dadaísta y hedonista como Picabia el automóvil simboliza las actividades humanas y en particular de la sexualidad; cuando pinta a Maríe Laurencin , toma los trazos de un carburador.
En la revista 'L'Espirit Nouveau', fundada por Le Corbusier junto al pintor Amadée Ozenfant, se habla de la máquina como «un fenómeno moderno que opera una reforma del espíritu», y sin embargo «el factor humano permanece, la máquina es concebida para las necesidades humanas».
Trasvase de ideas
En 1919 Le Corbusier pone en práctica sus conceptos con la 'Casa Citrohan', todo un homenaje a André Citroën. El arquitecto quiere extrapolar los planteamientos de Citroën sobre la fabricación en serie de automóviles al campo de las viviendas. Así la 'Casa Citrohan' es concebida «como un automóvil». El arquitecto guardaba una profunda admiración por Citroën pero sobre todo por otro genio del automóvil: Gabriel Voisin, con quien compartía un mismo ideal cultural. Sin duda hay una identidad común entre la manera de concebir las viviendas por parte de un arquitecto como Le Corbusier y los ingenieros que trabajan en la vanguardia del automóvil; el empleo de nuevos materiales, el innovador enfoque en las estructuras o en la organización del espacio constituyen ejes de búsqueda común entre ambos mundos.
Con todos estos factores no es extraño por tanto que Le Corbusier, junto a otro arquitecto, Pierre Jeanneret, dé rienda suelta a su creatividad para concebir un nuevo concepto de automóvil, al que denominan 'Coche Maximum' . Los planos despiertan el interés de la marca Adler que en esa época también había encargado al arquitecto Walter Gropius (fundador de la Bauhaus) el diseño de varias carrocerías, pero Le Corbusier le había prometido los derechos de fabricación a Voisin. Sin embargo éste, enfrentado a problemas económicos, no puede construir el coche y los planos quedan olvidados en un cajón hasta que surge una nueva oportunidad.
Concurso de ingenieros
El factor desencadenante es un concurso que pone en marcha en Francia a finales de 1934 la Sociedad de Ingenieros del Automóvil (S.I.A). El objetivo es la búsqueda de un nuevo concepto de automóvil adecuado a una sociedad como la europea que ha experimentado un profundo cambio como consecuencia de la crisis económica nacida en Wall Street. Los ciudadanos demandan automóviles económicos y racionales muy diferentes a los que hasta entonces les han ofrecido las marcas.
Los requisitos de la S.I.A son un automóvil económico, de dos plazas, que alcance los 80 km/h y que cueste menos de 8.000 francos de la época. Entre los más de cien proyectos que reciben los promotores, sin duda el más revolucionario y avanzado es el de Le Corbusier y Jeanneret. Se trata de un automóvil con carrocería monocasco y monocuerpo. Puede transportar a cuatro ocupantes, a pesar de medir tan solo 3,70 metros de largo; tres se acomodan en la banqueta delantera y un cuarto detrás, en un asiento plegable dispuesto de forma transversal. Además uno de los asientos se puede convertir el litera. A pesar de su pequeño tamaño, el 'Coche Maximum' está pensado para largos viajes por lo que cuenta con un buen espacio para los equipajes.
Otro de los aspectos en que innova es el que, al contrario que los automóviles de la época en que las ruedas se sitúan en la parte exterior, en este caso están integradas en la misma como en los coches actuales y así se aprovecha toda la anchura. El motor va sobre el eje trasero y el conductor ocupa una posición muy avanzada. Para evitar la sensación de desprotección frente a un impacto frontal que le puede producir, se le dotó de unos parachoques con escudos de goma. La carrocería estaba construida en chapas planas, muy fáciles de estampar, y el techo, con forma de arco, se deslizaba para dejarlo descubierto.
Tras el concurso del S.I.A, Le Corbusier contacto sin éxito con varios fabricantes para convencerles de la viabilidad de su 'Coche Maximum'. Entre estos cabe destacar al Senador Agnelli, el fundador de Fiat, pero la marca turinesa ya tenía en marcha su pequeño y popular Topolino. E igualmente hubo conversaciones con la Tatra checoslovaca pero la guerra cortó cualquier posibilidad.
Así el revolucionario proyecto no pasó de los planos ante la ausencia de un fabricante. Sin embargo, en 1987, el carrocero italiano Giorgetto Giugiaro presentó una maqueta a tamaño natural del mismo, como homenaje al más inconformista y genial de los arquitectos en el centenario de su nacimiento.
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