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antonio villarreal
Lunes, 11 de agosto 2014, 16:08
El vídeo de la declaración de Cristina de Borbón ante el juez Castro, filtrado y subido a internet, puso en boca de todos a Wouzee, una modesta start-up de base tecnológica ubicada en un polígono industrial de la localidad madrileña de Alcobendas. La empresa, fundada a finales del año pasado por David Segura y Marcial Cuquerella, dos ingenieros con experiencia en televisión y afinidad por el "marketing", ofrece una plataforma para que cualquiera -como el sospechoso filtrador de los juzgados de Palma de Mallorca- pueda hacer "streaming" en vivo y en directo.
Actualmente, en Wouzee trabajan siete personas. Cuatro, incluidos los fundadores, «somos ingenieros y los otros tres trabajan en un nivel más editorial, se encargan del "community management", control de contenidos, gestionar la red y nuestros propios usuarios», explica Cuquerella. «Hay mucho de programación, pero también muchísimo de creatividad y de publicidad, cuando tienes pocos recursos es importante poder generar ideas nuevas y baratas y formas fáciles de llegar a la gente».
El modelo de negocio de Wouzee es doble, aunque Cuquerella reconoce que todo cambia día a día. En primer lugar, son una plataforma de vídeo, cada uno de los cuales sirve una publicidad. «El mercado de la publicidad en vídeo es el que más está creciendo, a ritmos exponenciales del 50% o 60% dependiendo del país y además se va externalizado. Cuanta más publicidad tienes más consigues, pero hay que generar un volumen suficiente como para que el mercado de la publicidad sea significativo para ti». La publicidad en internet suele funcionar por CPM (Coste Por Mil), que significa que la marca ingresa una cantidad por cada 1.000 anuncios servidos.
Democratización
«Y luego el segundo modelo es de servicio de "streaming", que la gente pueda tener un canal de televisión sea quien sea, emisiones profesionales, bien hechas, de calidad. Puede ser a través de un móvil, pero también de una cámara HD o un ordenador. Pretendemos ofrecer una solución muy redonda», dice Cuquerella.
Si tuvieron a la Policía acudiendo varios días a su empresa para pedir más información sobre la persona que subió a la red el vídeo de la hermana del red, fue, en primer lugar, porque en el mismo aparecía el logotipo de Wouzee. De eso se deduce que no era un usuario de pago, ya que, como explica David Segura, «el servicio "premium" incluye no tener publicidad dentro del canal e incluso te permite personalizar la mosca. Lo que intentamos es utilizar nuestra tecnología para democratizar el uso del "streaming" para cualquier pyme, profesional o marca. No vivimos colgados de YouTube. Tenemos nuestra propia plataforma, por lo que la rentabilidad para la marca es muchísimo mejor».
Durante sus primeros pasos como sociedad, Wouzee se centró en las ganancias por publicidad, aunque pronto comenzaron a ver las posibilidades de innovar en este tipo de plataformas. «De repente ves otros clientes y otros mercados y te tienes que lanzar a ellos -advierte Cuquerella-. Ahora nos estamos dando cuenta de que muchas marcas quieren coger nuestra aplicación y "brandearla", que su logo aparezca y la puedan ofrecer a su público». Otra de sus líneas de I+D se centra en desarrollar Wouzee para los "wearables" que vendrán, desde gafas hasta relojes inteligentes.
¿Publicidad buena o mala?
A raíz de la polémica del vídeo de la infanta, en Wouzee aprendieron que una empresa así no solo debe guardarse las espaldas tecnológicamente, sino también en lo referente a contenidos. «Es más por estrategia de contenido que por los problemas que te pueda dar. Tenemos un "software" que controla, por ejemplo, el contenido pornográfico. Además, en caso de, por ejemplo, violación de derechos de autor, la ley te da 48 horas para retirar el contenido. Mientras la gente pueda denunciar un contenido y nosotros retirarlo, estamos tranquilos», apunta Segura.
El famoso vídeo puso a Wouzee en el mapa, pero, pasados unos meses, ¿salió rentable esa súbita publicidad? A sus fundadores, el tema de Cristina de Borbón les pilló «muy a contrapié, pero se ha demostrado que no teníamos ninguna responsabilidad. Utilizaron nuestra plataforma como podrían haber utilizado YouTube o cualquier otra», dicen. Segura es más pragmático al respecto. Parafraseando a los gurús, dice que toda publicidad es buena. «Pasamos el sofocón de la Policía y demás, pero creemos que nos ha venido bien por algo importante: ahora nadie puede evitar que cuentes lo que está ocurriendo».
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