El 60% de los becados que llegan a la universidad con notas bajas pierde la ayuda en primero
Las duras exigencias académicas para renovar la beca fomentan que obtengan el título solo los alumnos brillantes y que buena parte del resto se queden por el camino, según un estudio de Esade
Los becados españoles acaban su carrera universitaria sin repetir curso un 31% más que el resto de alumnos sin ayudas públicas al estudio. Así lo ... indica un informe realizado por investigadores de Esade sobre el perfil y el rendimiento universitario de los becarios, que, sin embargo, concluyen que esta teórica buena noticia es en realidad la consecuencia de un hecho negativo: el sistema de becas español no es suficientemente equitativo, pues contribuye a que se titulen solo los subsidiados más brillantes y fomenta que se queden por el camino los alumnos desfavorecidos con notas modestas.
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Los becarios que logran terminar sus estudios universitarios en el plazo previsto por los responsables de la carrera son el 81%, casi veinte puntos más que el resto de sus compañeros de escuela o facultad sin ayudas al estudio (62%) o, lo que es lo mismo, un 31% más. Lo logran, entre otros motivos, porque los becarios aprueban de media un 12% más de créditos en cada curso que el resto y porque terminan con una nota media un 2% mayor un 7,55 frente a un 7,4).
No obstante, lo que los investigadores creen haber probado es que el hecho de ser becario no te asegura por sí mismo unos mejores resultados universitarios, sino que la razón es que la inmensa mayoría de los alumnos con ayudas al estudio que llegan a titularse son los que ya accedieron a la escuela o facultad con las mejores notas. Los más brillantes. O dicho de otra manera, que la mayoría de los becados que llegó a los campus con una nota de acceso baja se quedan por el camino tras perder la beca por las altas exigencias académicas para su renovación curso a curso, contratiempo que automáticamente eleva los buenos resultados medios de los que superan el filtro.
Los expertos consideran que Educación debería rebajar los aprobados mínimos que exige para mantener la beca porque castiga a los más desfavorecidos
Para llegar becado a primero de carrera, además de cumplir con unos ingresos familiares bajos o medios, tienes que tener una nota de acceso (media de Bachillerato y PAU) de al menos un cinco, pero las condiciones del Ministerio de Educación se endurecen para mantener la ayuda pública en segundo y sucesivos cursos. Si estudias Ciencias o Ingenierías debes aprobar el 65% de los créditos, el 80% en Ciencias de la Salud y el 90% en Ciencias Sociales, Artes o Humanidades.
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La investigación demuestra que estas duras exigencias académicas para la renovar la ayuda convierten para muchos becados el primer año de carrera en una escabechina, en el curso de la gran selección. Seis de cada diez becarios que llegaron a la universidad con una nota de acceso baja pierden su beca ya el primer año por no poder alcanzar los mínimos académicos exigidos para retenerla. Si solo nos fijamos en los matriculados con calificación baja en Ingeniería o Arquitectura, se quedan sin ayuda al estudio en primero ocho de cada diez.
La gran selección
Esta debacle en las becas provoca que uno de cada cinco subsidiados españoles con nota de acceso escasa termine por abandonar la universidad ya el primer año. Se trata de tres de cada diez de los que no han logrado renovar su beca de cara al segundo curso por no llegar a las exigencias mínimas de aprobados. Los becarios con notas modestas tienen a su llegada al campus quince veces más posibilidades de abandono de los estudios en primero que los becarios que acceden con notas de corte altas, entre quienes solo lo deja el 1,3%. La repercusión sobre la brillantez media de los que se salvan es evidente. En primero, los becarios son el 42% de los alumnos que accedieron con calificación escasa y en los cursos posteriores solo suman el 27%.
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Los autores del trabajo consideran que sus conclusiones deberían hacer que Educación se replantease los requisitos académicos mínimos para renovar la beca en la universidad por la insuficiente equidad del modelo. Es justo, se preguntan, que los becarios deban obtener unos resultados académicos exigentes para mantener la ayuda y en cambio el resto de alumnos de centros públicos, los que no tienen beca, solo paguen un 20% del precio real de la matrícula (el resto sale de los presupuestos públicos) sin tener que comprometerse a porcentaje alguno de asignaturas aprobadas. ¿No van esos requisitos –añaden– en contra de que los alumnos más pobres y desfavorecidos con notas escasas tengan la oportunidad de llegar a titularse y puedan hacer uso del denominado ascensor social?
El trabajo de los investigadores de Esade indica que el perfil mayoritario del becario universitario español es el de una mujer joven, procedente de familias con un nivel educativo medio o bajo y que suelen optar mayoritariamente por carreras no incluidas en las de alta exigencia académica, como Ciencias Sociales y Jurídicas o Humanidades. Solo el 28% se matricula en titulaciones consideradas muy exigentes, frente al 43% de los que carecen de beca.
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