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el norte
Lunes, 7 de marzo 2016, 19:00
«Nací en la especie equivocada». Esa es la conclusión a la que ha llegado 'Nano', una chica de noruega de 20 años que desde los 16 se comporta como un gato. Maúlla, anda a cuatro patas, la encanta dormir en el baño y las cornisas y en su 'look' nunca faltan las orejas y el rabo.
Esta chica sufre licantropía, un síndrome psiquiátrico que produce un delirio por el que las personas creen ser animales. Pero no es la única. La publicación médica 'The Journal of Nervous and Mental Dissease' difundía en el año 1990 un informe del psiquiatra de la facultad de Medicina de Harvard, Aaron Kulick, acerca de un hombre que creia ser un gato.
Años más tarde, otro doctor de Harvard, Paul Keck, presentaba su estudio, 'Lycantrophy: Alive and Well in the 20th Century'. En él se investigaba el caso de cinco pacientes, tres que creían ser lobos y dos perros. Además, de una forma menos se explícita se relataba el estudio de otros doce: seis que se identificaban con perros, otro creía ser un pequeño roedor llamado jerbo, dos gatos, un pájaro y otros dos que no se sentían como ninguna especie concreta pero que gruñían, ululaban, aullaban y presentaban un comportamiento cien por cien asilvestrado.
'Boomer The Dog'
Este es el nombre que hace unos años quiso ponerse Gary Matthews, un estadounidense que creía ser un perro y cuya solicitud fue rechazada por el juez del estado de Pensilvania.
Desde que era un crío, Gary ha querido vivir como un perro. A los diez años se apodó a sí mismo como 'Pongo' en homenaje a uno de los canes de la famosa '101 dálmatas'. Solamente dos años después, a los doce, su fanatismo por la serie 'Heres Boomer' le llevó a cambiarse el apodo por el del perro protagonista.
Matthews come en un plato para perros y duerme dentro de una casa para estos animales que tiene dentro de su vivienda. Su pasión es tal, que siempre que puede se pone su disfraz de perro ovejero, que ha elaborado él mismo, y sale a la calle andando a cuatro patas y dando ladridos.
«He aprendido a ladrar fijándome en la voz de Boomer. Me he fijado en su personalidad y así me he convertido en un mejor perro», afirma Matthews.
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