Palencia ora por los difuntos en la histórica iglesia de Allende el Río

Salió la procesión de la iglesia de San Agustín tras la celebración del Ejercicio de Tinieblas, con el que se conserva para la Semana Santa de Palencia la memoria de algunos de los rituales ya casi olvidados.

Los cofrades portan a hombros los pasos del Santo Cristo Señor de la Vida y de la Muerte y de Nuestra Señora de los Ángeles, las dos únicas tallas que se trasladan en el ciclo penitencial palentino con doble vara, que permite la carga sobre los dos hombros.

Con un recorrido por la parte más antigua de la ciudad, y al son de un cuarteto de viento, las imágenes alcanzaban Puentecillas, en una de las escenas más plásticas de toda la Semana Santa. Decenas de personas (muchas menos que en años anteriores, quizá por el frío reinante) esperaban junto al puente para captar la esencia de una procesión que permite encadenar los tres desfiles de la noche.

Su salida, en torno a las diez, coincide con el tramo final del Vía Crucis, que a esa hora abandonaba la Plaza Mayor en dirección a la Compañía. Pero además, el regreso de Luz y Tinieblas coincide con el recorrido de la procesión de la Quinta Angustia.