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Iker Pérez, durante el partido del pasado domingo en La Albuera. Antonio Tanarro

La vuelta a Zorrilla de dos hijos pródigos

Iker, formado a través de 12 años en la cantera del Real Valladolid, e Iñaki Bea, que ascendió allí con el técnico rival de pareja, lideran ahora a la Sego

Viernes, 12 de septiembre 2025, 17:38

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Han pasado casi dos décadas y la pareja de centrales que logró el ascenso con el Real Valladolid a Primera en la temporada 2006-07 se enfrenta el domingo en los Anexos del Estadio José Zorrilla en un partido de Segunda RFEF. El visitante es Iñaki Bea, que vivirá ante uno de los clubes donde más feliz fue como futbolista su primer desplazamiento como entrenador de la Gimnástica Segoviana. El local es Javi Baraja, con la impronta clara de la cantera blanquivioleta, alguien que, en un duelo lleno de coincidencias, entrenó a Iker, el lateral derecho azulgrana que se formó 12 años en el club al que ahora intentará arrebatar los puntos a partir de las 12:00 horas en un partido en el que los suyos podrían sentirse, en la práctica, locales si los aficionados viajan con la diligencia del pasado curso.

Bea conoce bien Pucela. En sus mejores momentos como jugador, aceptó su oferta sobre otras con más dinero como la del Almería por el aura de estar en un vestuario que habían pisado Caminero u Onésimo. Una relación que continuó en su periplo de seis años como asistente de Mendilibar. «El club está en esos momentos de turbulencias, pero el Promesas ha sacado últimamente muchos futbolistas a nivel profesional, incluso con ventas importantes. Eso significa que a nivel de cantera están haciendo las cosas bien». Destaca la sensatez de Baraja, al que define como «un buen amigo», y espera un partido complicado. «Si no estamos con las ideas claras, es un rival con descaro y calidad de medio campo hacia adelante».

Iker, vallisoletano de 23 años recién cumplidos, pasó el periplo de rigor por la cantera de su tierra. Uno de los motivos para hacer las maletas desde el Recreativo Granada a Segovia era tener más cerca a los suyos, que fueron a verle en su debut como azulgrana el pasado domingo en La Albuera. «Esperamos un partido muy bonito. Un derbi, por así decirlo, siempre es especial, sobre todo, después de 12 años allí. Un club que conozco muy bien, una plantilla que no tanto porque hay gente nueva, chavales muy jóvenes que siguen teniendo la misma calidad». Sí ve continuidad en el planteamiento. «Conozco bien a Javi, también me entrenó a mí, sé cómo trabaja. Intentaremos cogerle por ahí un poco el truquillo. El Valladolid siempre trabaja los futbolistas desde la cantera orientados al primer equipo, por eso hay tantos que consiguen debutar y llegar al fútbol profesional».

Lo cuenta con la sonrisa en la cara un chaval ilusionado tras ganar al Sámano ante 1.897 aficionados. «Esto no me lo esperaba yo para nada. Es un aliento extra, te da un plus dentro del campo. Me sentí súper cómodo». La guinda a una adaptación rápida, desde el apoyo de los veteranos en el vestuario a la propia ciudad. «Es espectacular y tiene mucha vida». Eso no quita para que haya tareas pendientes en el césped para un bloque nuevo al que le queda trabajo para alcanzar su pleno potencial. «Sobre todo, tener las cosas claras los 10 o 15 primeros minutos, porque te pueden costar el partido. Que no te tengamos ninguna desconexión y, a partir de ahí, ir trabajando».

El hecho que haya empezado como lateral derecho titular sobre Silva, que inicia su tercera campaña en el club, por más que venga de una lesión, es ya un gesto de confianza en él. Una pugna entre dos tipos que ya fueron compañeros en el Palencia Cristo. «Es un chico súper agradable, siempre te ayuda, juegue o no. El puesto, como digo yo, no tiene nombre. Unas veces seré yo y otras él. O el que esté». Cuando Silva salió ante el Sámano lo hizo como central, una polivalencia que lleva a Iker a decir que no hace falta fichar más. «La defensa está completa. Tenemos a Jaume, que puede jugar de lateral, o a René, que juega de todo [ríe]».

El último precedente fue en Segunda B. La Sego se puso 0-1 en 2017, una de las fases más dulces de un año aciago, una victoria que valía salir del descenso y que se perdió con la remontada local (2-1) tras la expulsión a Borja Plaza. Después, en 2018, los pucelanos se salvaron en La Albuera (0-1) en la penúltima jornada y condenaron a los azulgranas al descenso una semana después.

«Vamos a plantear el partido como si jugáramos en casa, posiblemente con superioridad en la grada»

La visita el domingo de la Segoviana al Valladolid Promesas será un test más para el enfoque de Iñaki Bea, «que el equipo mire siempre portería contraria» a través de llegadas, profundidad o jugadas de estrategia. «Ser un equipo dinámico, un tanto desordenado cuando tengamos el balón. En eso creo que el otro día estuvimos bien». Pese a esos principios, el técnico asume la heterogeneidad del grupo I. «Cada partido va a ser una historia. En otros grupos, los estilos de juego son mucho más parecidos. Aquí, estamos muy condicionados por campos, meteorología o la idiosincrasia de los clubes». Es el único duelo de la jornada que enfrenta a dos de los seis equipos que lograron la victoria en la primera jornada, así que en juego está el liderato.

La gran mejora de la pretemporada ha sido la presión, un factor que Bea entiende como clave para el domingo. «Quiero un equipo que tenga muy claro cuándo tenemos que ir alto o en bloque bajo. Equivocarnos poco, porque si le das espacio, es un equipo que tiene velocidad». A diferencia del Sámano, parapetado atrás, espera tramos donde el Valladolid domine con la posesión. «Tenemos que ser protagonistas con y sin balón. Cuando lo tengamos, intentar mirar portería contraria; y cuando no, dominar las situaciones».

El viaje organizado del club, que parte de Segovia a las 9:00 horas y vuelve a las 18:00, previo paso por las fiestas de Valladolid, superaba ayer la treintena de inscritos y tiene previsiones de salir adelante. Estarán acompañados de un buen número de seguidores que se desplazarán en sus vehículos para un duelo que será retransmitido en directo por el canal de YouTube del Valladolid. «Vamos a plantear el partido como si jugáramos en casa. Y posiblemente tengamos hasta superioridad en las gradas». Un mensaje que el técnico vasco sostiene por el contexto favorable en el que ha aterrizado. «Me ha tocado vivir una época muy bonita dentro del club. Una comunión entre la afición y el equipo; un grupo detrás que está haciendo las cosas muy bien en el club. Tengo que agradecer todo el trabajo que se ha hecho en los últimos años».

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