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Los tres toreros salen a hombros de la plaza.

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Los tres toreros salen a hombros de la plaza. Óscar Costa

Triple puerta grande para Perera, Talavante y Luque en Segovia

El festejo en la festividad de San Pedro fue un homenaje en recuerdo de Manolo Lozano

Emilio Ruano

Domingo, 29 de junio 2025, 23:55

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La corrida de San Pedro en Segovia, celebrada en una tarde con un aforo de algo más de media plaza, arrancó con cinco minutos de retraso. Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Manolo Lozano, propietario del coso segoviano y empresario taurino fallecido hace menos de dos semanas. Los astados, de Alcurrucén, mostraron una presentación modesta, incluso para la propia plaza segoviana.

Abrió plaza Miguel Ángel Perera ante Martinete, un toro de 532 kilos que desde su salida se mostró manso pero noble. El extremeño intentó sujetarlo en los primeros compases con doblones a diestra, evitando que el animal se desfondara. Fue una faena técnica, medida, donde los recursos del matador brillaron por encima del colaborador toro. En el tramo final, Perera dejó una estocada suficiente para cortar su primera oreja.

El segundo de la tarde, Desolado, fue el más deslucido del encierro. Frío, sin celo, manso y huidizo. Talavante, que ya desde el capote se mostró desmotivado ante el desinterés del toro, apenas pudo construir una faena que tuviera hilo conductor. Se limitó a tocarle en la distancia, sin cruzarse, dejando tres tandas que intentaron sacar partido al viaje corto y descompuesto del animal. Mató con bajonazo y saludó desde el tercio tras una leve petición. Poco más pudo hacer.

El tercero de la tarde, Cariñoso, fue devuelto por cojera cuando apenas se le habían colocado las banderillas. En su lugar, salió Gaitero, un toro feo, justo de presencia y andarín. Daniel Luque comenzó una faena inteligente, a media altura, cuidando al toro y llevándolo a su ritmo. A medida que avanzaban las tandas, el sevillano apretó la tecla adecuada: ligazón, temple y colocación. Las series se sucedieron con naturalidad, hasta llegar a unas luquecinas ceñidísimas que hicieron vibrar a los tendidos. Mató de estocada entera y cortó dos orejas, aunque el premio al toro en el arrastre pareció excesivo.

Con el cuarto, Heredero, el mejor toro del encierro por movilidad y prontitud, Perera desplegó su versión más poderosa. Le permitió lucirse en un quite por chicuelinas y tafalleras y arrancó la faena de muleta citando desde el centro del ruedo, ligando dos muletazos de ida y vuelta que conectaron con fuerza. A diestra, logró dos tandas profundas, bajando mucho la mano y tirando del toro. Con la zurda, el animal protestó, y Perera volvió a su mano buena para acortar distancias, metiéndose literalmente en los pitones. Terminó con una tanda de pases cambiando la muleta entre las manos que levantó al público. Estocada baja pero efectiva y segunda oreja al esportón. Tarde completa para el extremeño, que salió a hombros.

El quinto, Guasón, fue el toro más completo para Talavante. Lo recibió con un ramillete de verónicas a pies juntos, toreando con gusto. Con la muleta, construyó una faena en dos partes: la primera, más fría, cuidando al toro con tandas a media altura; la segunda, más intensa, donde el extremeño se impuso al natural y firmó una última tanda rotunda, con un circular que giró varias veces alrededor del toro sin descomponerse. Mató de estocada algo caída, pero el conjunto fue suficientemente sólido como para cortar dos orejas.

Búscate en los toros durante la corrida en Segovia.

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Búscate en los toros durante la corrida en Segovia. Óscar Costa

Y el final fue para Luque. El sexto, Chalinito, fue el de menos peso del encierro (474 kg), algo distraído de salida, sin fijeza, aunque obediente en la muleta. El sevillano toreó despacio, con ambas manos, dejando ver todo su repertorio técnico. La faena fue un tratado de suavidad y colocación, de saber dar el sitio justo al toro para que no se desfondara. Culminó con elegancia: pases del desprecio, circulares, y una gran estocada. Otras dos orejas y puerta grande incontestable.

En resumen, la corrida mostró un toro exigente en su presentación con desigual juego. El quinto y sexto aportaron más dinamismo, pero fue la tarde de Luque, y también de Perera, quienes con inteligencia, técnica y temple sacaron petróleo de manseantes. Talavante, a pesar del lote incómodo, brilló en el quinto y supo imponerse en los momentos justos.

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