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La Sego renueva su abono por el fútbol más frenético
Los de Iñaki Bea replican las fiestas goles de Primera RFEF en un duelo sin red que remontaron y pudieron ganar
La Segoviana que regresó a Segunda RFEF, con medio equipo nuevo y otro director de orquesta en el banquillo, conserva restos de la anterior etapa ... que holló la cima de Primera RFEF. El empate de este domingo en su primera salida del curso ante el Valladolid Promesas desveló a un equipo que busca la victoria hasta el final. Un compromiso, un riesgo, que deparó, como el curso pasado, un partido frenético, con goles, ocasiones y transiciones por doquier. Más allá de los puntos, cuatro en dos jornadas, el cuadro de Iñaki Bea quiere y divierte.
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Valladolid B
Álvaro de Pablo, Koke, Iago Parente, Aranda, Hugo San, Jesús Martínez, Iker Ivorra, César Porras, Rulo, Xavi Moreno y Carvajal.
2
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Segoviana
Carmona, Iker, Morata, Josep Jaume, Rubén, René, Diego Campo, Ayán, Samu Manchón, Marc Tenas y Álex Castro.
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Cambios Valladolid B: Tomy por Rulo (min. 58), Murcia por Jesús Martínez (min. 70,) Sergio Neira por César Porras (min. 70), Arco por Iker Ivorra (min. 84) y Hugo Calvo por Ángel Carvajal (min. 84).
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Cambios Segoviana: Pau Miguélez por Manchón (min. 46), Javi Borrego por Marc Tenas (min. 64), Manu por René (min. 70), Fer Llorente por Diego Campo (min. 70)e Ivo por Ayán (min. 77)
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Goles: 1-0 Xavi Moreno (min.6), 1-1 Álex Castro (min. 15), 2-1 César Porras (min. 29) y 2-2 Josep (min. 45).
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Árbitro: Alberto Gómez Lameiro (Galicia). Amonestó con amarilla a Aranda, Murcia e Iker Ivorra por el Valladolid; a René, Josep y Diego Campo por la Segoviana.
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Otros datos: Anexos del José Zorrilla. Unos 700 espectadores, la mitad de la Segoviana.
Una jornada soleada recibió a la Segoviana en los Anexos de Zorrilla, nada que ver con la gélida mañana de diciembre de 2017 de su última visita. Generaciones y generaciones han pasado por la fábrica blanquivioleta, pero enfrente hay una entidad con más poso y más de 200 aficionados visitantes en las gradas. Uno de los ingredientes que invitaban a Iñaki Bea, a plantear el partido como si lo jugara en casa. Un mensaje de agresividad que fue real, con una presión alta de salida propia de un equipo dominante. Una actitud meritoria, pero cuando un dibujo tiene tanto jugador nuevo los desajustes son inevitables. Y el gran castigo que impone un filial es que tiene la calidad para castigarlos.
Así empezó la lección de Xavi Moreno, un jugador que tiene los días contados en Segunda RFEF, uno de los que ha entrado en dinámica con el primer equipo. Un tipo que se mueve por cualquier flanco del ataque y siempre genera pánico. En esas, aprovechó un fallo de la zaga azulgrana al trazar el juego de fuego que dejó un vacío sideral entre los centrales y el lateral derecho. Ahí se coló el zurdo, en su banda, para amasar el envío con un control magistral de pecho, poner la pausa para ver la situación y batir a Carmona con una picada cruzada.
El 1-0 ya asentó sin marcha atrás el plan de presión alta de la Segoviana, que no tardó en dar sus frutos. Los de verde no tardaron en embotellar al Valladolid, con sus dos centrales sosteniendo el edificio en la misma divisoria del medio campo y Ayán buscando las grietas en la banda derecha a Hugo San, otro con experiencia en el primer equipo. El empate llegó por esa banda, pero lo gestó el lateral, Iker Pérez, que se enfrentaba a la camiseta que vistió durante 12 años. Su centro tenso lo peleó Marc Tenas, con su primera titularidad, un esfuerzo suficiente para que la pelota llegara mansa al segundo palo, un remache a placer para Álex Castro. Así se estrenó el pichichi de la pretemporada.
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Xavi Moreno, en dinámica del primer equipo, fue un dolor de muelas constante con su desequilibrio desde cualquier flanco ofensivo
Tras recibir el castigo y el premio de la presión, la Segoviana asumió un papel más contemplativo en el siguiente asalto, dominado por el filial, cómodo con la posesión a la espera de que sus jugones la liaran. Tuvo dos Moreno. Primero, un tiro desde la corona del área tras la diagonal de rigor que salió por abajo rozando el palo de Carmona. El portero pucelano llegó tarde a la siguiente, un balón en largo que el atacante persiguió con fe para superarle metiendo la puntera, un esfuerzo que repelió el palo. Al final, el gol lo lograría el otro extremo, César Porras, quitándose de encima a René con un giro en el control para ganar la partida a Morata gracias a su arrancada lateral hacia el punto de penalti. Así se sacó un tiro centrado que se filtró entre la zaga y despistó a Carmona.
Fueron momentos delicados para la Segoviana, con una entrada dura de René sobre Porras que se quedó en amarilla porque había balón de por medio. Con todo, el dibujo, jugar en campo contrario, devolvió la confianza a los visitantes. Es la idea de Bea: asediar y tumbar al rival a base de centros laterales. En esas, Aranda vio la amarilla por una falta a Iker. Fue peor el remedio que la enfermedad, pues Diego Campo puso un servicio tenso al primer palo al que se anticipó Josep para cabecear un misil pegado a la madera. Pizarra de diez.
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La dialéctica del partido era la misma: el Valladolid buscando sacarla por abajo y la Sego aceptando el riesgo de perseguirla. Cuando el filial sorteaba la primera cortina y encontraba a Moreno con espacios, subía su cotización en bolsa, pero los de verde redujeron sus travesías. Bea sacó su as del banquillo, Pau Miguélez, al inicio de la segunda parte. Desempeñó su papel por la banda izquierda en unos minutos donde coincidieron los tres delanteros, una garantía en el remate. El guion apuntaba hacia ahí porque empezaron a acumularse córners hasta que Álex Castro apretó el gatillo con un testarazo desde el punto de penalti que se marchó un palmo por encima del travesaño. Como casi siempre, Álvaro de Pablo reanudó el juego desde su portería con un pase en corto, pero esta vez la salida pucelana desembocó en pérdida y la Segoviana tejió por el centro para que Marc Tenas se sacara un misil desde la corona del área dirigido a la escuadra contraria. Salió fuerte, pero más centrado de lo que quería, la salvación del guardameta.
De los banquillos salió la vieja guardia, con Manu y Fer Llorente, y un cambio constante de dibujo en el Promesas, que pasó de dos delanteros a terminar con tres centrales, uno de ellos, Aranda, como líbero. El paso de los minutos acercaba más a la Segoviana al gol, por dominio posicional, por actitud. Lo pudo lograr en un taconazo al primer palo de Javi Borrego que muchos aficionados vieron dentro. También la tuvo Josep, que no pudo embocar un rechace en un córner. El filial, más sometido, sí, casi resuelve la ecuación en un disparo de Koke, el lateral izquierdo, tras filtrarse entre líneas. Carmona sacó las dos manos y cerró un empate entre dos equipos con hechuras para estar arriba.
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