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Esta Sego no acepta un 'no' por respuesta
Los de Iñaki Bea ganan a otro recién ascendido con un tanto de Manchón en el minuto 85 tras una fase de asedio sin descanso
La Gimnástica Segoviana tiene clara su fórmula para sumar puntos: la insistencia más absoluta. Así sometió a una Sarriana que estuvo cuarto de hora poniendo ... velas en Lourdes, pero terminó claudicando en un disparo raso de Samu Manchón que Fernando, el portero de los milagros, ya no pudo repeler tras levantarse del mano a mano que acaba de salvar ante Javi Borrego. Un envío tras otro, un disparo tras otro, un sinfín de córners, despejes de los gallegos que volvían hacia su área como si enfrente tuvieran un frontón. El equivalente futbolístico a ese amigo pesado que acaba imponiendo el plan del sábado, aunque sea por no oírle. Tres puntos para seguir a dos del Ávila y los filiales del Deportivo y del Oviedo, que solo saben ganar.
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Segoviana
Carmona, Iker, Morata, Josep, Rubén, René, Diego Campos, Ayán, Miguélez, Marc Tenas y Álex Castro.
1
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0
Sarriana
Fernando, Freire, Tomas, Maxi, Juv, Edu, Villaverde, Maycon, Millán, Nacho y William.
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Cambios Segoviana: Fer Llorente por René (min. 46), Samu Manchón por Miguélez (min. 46), Ivo por Marc Tenas (min. 58), Silva por Morata (min. 65)y Borrego por Ayán (mi n. 82)
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. Cambios Sarriana: David Vilán por William (min. 61), Iago Parga por Villaverde (min. 71), Arona por Freire (min. 71), Iker por Edu (min. 83) e Iago Díaz por Millán (min. 83)
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Goles: 1-0 (min. 85) Samu Manchón
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Árbitro: GonzaloLópez Romera (Navarra). Amonestó con tarjeta amarilla a Josep, Morata y Ayán por la Segoviana; a Maycon por la Sarriana.
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Otros datos: La Albuera: 1.924 espectadores
El tercer once de Iñaki Bea empieza a asentar la idea de que no es un técnico de muchas rotaciones. Apenas hubo un cambio respecto a Valladolid: Miguélez entró en la izquierda por Manchón. El 4-4-2 con toda la pólvora: la de los dos delanteros, Álex Castro y Marc Tenas. Enfrente, un equipo que acostumbra al 4-3-3, pero optó por reforzar el área con un central más. Un 5-3-2 que no implicaba poner el autobús, pues el dibujo daba mucho recorrido a los laterales y Hugo Villaverde, una perla cedida por el Deportivo que venía de marcar uno de los goles de la jornada, con caño incluido, era un demonio en la media punta. El ejemplo de un club descarado con dos ascensos en las tres últimas campañas y mucho joven de Galicia, como el medio Maycon, al que ya quiere repescar el Lugo de su cesión.
La Sego tardó segundos en acumular ocho jugadores en campo rival a la espera del centro de Ayán, un fijo en la banda derecha. La ocasión llegó en el primer error del portero, Fernando, al sacar el balón jugador con los pies. El caramelo raso le cayó a René con un pasillo en la corona del área, pero no se atrevió a disparar de primeras y cuando lo hizo, tras el murmullo de la grada, salió un tiro manso. Todo apuntaba a comienzo arrollador, pero el ritmo lo cortaron dos tarjetas amarillas en menos de un minuto. La que vio Josep por un agarrón que frenaba una contra, un castigo que le enfadó soberanamente hasta el punto de jugarse la segunda por dar una patada al balón con el juego parado. La de Ayán por una falta escorada, enfadó a la grada, que exigía el mismo castigo para Millán cuando derribo a Diego Campo en la frontal. Pero no hubo ni amarilla ni el tiro de Rubén puso en verdaderos aprietos al guardameta. El paso de los minutos acabó por asentar a la Sarriana.
Lo que alejaba a la Sego del gol no era la intensidad, sino la toma de decisiones. Ayán tiene tanto talento que le cuesta canalizarlo. Lo evidenció en una contra en la que se llenó de balón y no supo hacérselo llegar a los compañeros que se estaban desplegando. Después, cuando le cayó un rechace propicio en el área, no engatilló de primeras: prefirió cedérsela a Tenas, cuyo disparo desviado embocó Castro en un evidente fuera de juego. El recién ascendido se marchó al descanso sin heridas que suturar. Hasta asustó en un par de transiciones de William, su carrilero derecho, que terminaron en córner.
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Por si había dudas de a quién gustaba menos el resultado, Iñaki Bea movió el árbol en vestuarios con un doble cambio, deshaciendo la permuta entre Miguélez y Manchón en el once y dando los galones a un ya recuperado Fer Llorente en detrimento de René. Diferentes protagonistas para un mismo dibujo. Sin grandes revoluciones, la Sego fue inclinando el campo y encadenó algún centro lateral que otro, compromisos para Fernando, que no convencía en sus salidas. Y oportunidades para Castro, que hizo un escorzo para sacarse un testarazo cruzado que no cogió puerta por poco. Lo sirvió Iker: cuando gana línea de fondo, pasan cosas. Fue la última jugada de Tenas, que dejó el sitio a Ivo. Un finalizador menos y un asistente más como fórmula.
Mientras, Morata concedía una amarilla en transición y Bea dijo que no quería dos centrales al borde del abismo en un duelo en que tocaría exponerse con el avance del reloj, así que metió a Silva en su lugar. Con todo sobre la mesa, llegó el acoso, solo quedaba meterla. Lo hizo Castro en el rechace a un tiro de Rubén, pero el colegiado ya había señalado córner. Volvió a tenerla poco después en un balón que se le escurrió al meta, que se levantó y tuvo tiempo para volver a portería en lo que el delantero la conducía en el área para engatillarla. Fernando, que cuarto de hora antes estaba vencido en el césped por molestias, todavía sacaría dos manoplas milagrosas más: a un cabezazo de Josep en un córner y a un tiro de Ayán desde la frontal. El 0-0 era oficialmente un milagro. Incluso cuando Manchón apagó las velas con su gol, Vilán sacó bajo palos un tiro de Castro que entraba llorando. Siete minutos de descuento y la pelota no se acercó a Carmona.
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