Segovia

«¿Qué es San Lorenzo? Un sentimientooooooooooo»

El pregón fue un canto a la peculiaridad de un barrio que el abogado segoviano describió como «ni mejor ni peor que los demás, simplemente distinto». Con buenas dosis de humor y pasión, el también peñista reivindicó el «hecho diferencial» de San Lorenzo, un arrabal forjado «a fuego lento» por generaciones de trabajadores, desde los gremios de canteros, que labraron con piedra y cincel los monumentos de Segovia, hasta los hortelanos, guardianes de huertas centenarias, supervivientes incluso «de la más insaciable» especulación urbanística. «Aquí han convivido hombres y mujeres que trabajaron duro, a la vera del Eresma, donde proliferaron numerosas fábricas cuando en el resto de Segovia apenas existían. Pocos señoritos he visto yo en San Lorenzo», dijo Fuentetaja con indisimulado orgullo.

En presencia del alcalde de Segovia, José Mazarías, y buena parte de los miembros de la corporación, de izquierda a derecha, el pregonero destacó la riqueza artística de San Lorenzo, lugar de monasterios, conventos y paisajes inigualables, aunque, más allá de su patrimonio, San Lorenzo es su gente. «San Lorenzo no es un barrio, es un sentimiento, dijo el recordado Angelín, de Casa Paco, cuando dio este pregón. Yo os pregunto: ¿Qué es San Lorenzo?». Y el público, que tenía muchas ganas de jarana, respondió al unísono: «Un sentimientooooooooooo». El decano de la abogacía segoviana no dudó entonces en llevar su discurso a un terreno audaz y provocador, proponiendo en tono festivo un «ayuntamiento propio» para San Lorenzo.

«Si tuviéramos nuestro propio ayuntamiento, no mendigaríamos subvenciones ni nos iríamos a la cama a las tres de la mañana, cuando acaban las verbenas ¡Tendríamos música hasta que el cuerpo aguantara, como en todos los sitios!», exclamó, arrancando risas, aplausos y un grito de apoyo unánime que coreaban los peñistas: «¡Presidente, presidente!». Incluso bromeó Fuentetaja sobre la necesidad de un «Puigdemont sanlorentino» que defienda este «hecho diferencial» y sepa decir cuatro gilipolleces bien dichas en Segovia, Valladolid «o hasta en Bruselas». La plaza, engalanada con banderines, guirnaldas, vibraba con la energía de los peñistas, cuyas vestimentas llenaban de color el ambiente.

San Lorenzo, recordó Fuentetaja, es un barrio que no pregunta por el origen de nadie porque «aquí no importa si naciste o vives en San Lorenzo, simplemente se siente». Y ese sentimiento se refleja en la solidaridad, la colaboración y una forma única de disfrutar juntos. San Lorenzo, en opinión del letrado, ha forjado una identidad que trasciende lo geográfico. «Somos una marca que vende y merecemos un reconocimiento oficial para seguir creciendo», afirmó.

Mazarías deseó alegría y diversión, y todos los presentes reconocieron la trayectoria del pintor Luis Labrador, vecino del barrio y autor del cartel anunciador de las fiestas. La explosión de júbilo llegó cuando alguien gritó con fuerza: «¡Viva San Lorenzo!».