Consumidores en el nuevo mercado ecológico de la ciudad. Óscar Costa

Recetas que la huerta esconde

La plaza del Doctor Laguna acogerá el primer sábado de cada mes un mercado ecológico en el que agricultores venderán sus productos

maría martínez

Segovia

Sábado, 2 de noviembre 2019, 22:17

Ayer por la mañana comenzó la jornada del nuevo Mercado Ecológico que se realizará el primer sábado de cada mes en la plaza del Doctor Laguna. Ha surgido de la colaboración entre el Ayuntamiento de la capital y la Unión de Campesinos de Castilla y León. Los agricultores han tenido que realizar un largo recorrido hasta llegar al reconocimiento social, científico y administrativo. «Hemos pasado por todos los procesos para que el consumo ecológico sea concebido como un producto que viene a corregir los problemas que la agricultura química genera como la contaminación, la pérdida de diversidad, la pérdida de calidad y un largo etcétera», decía Juan Senovilla, presidente del Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León.

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No es el primer mercado que se realiza en la provincia, que ya cuenta con otros, como el del Carrascalejo. Se están realizando grandes apuestas y propuestas para que el medio rural no pase a estar sometido a las grandes ciudades. En la huerta se esconden importantes recetas. «Hay un perfil de consumidor con el que tenemos mucha consideración porque viene por prescripción médica, gente con sensibilidad química múltiple. Hay productos que introducen en nuestro organismo tiroides o enfermedades en los fetos como la pérdida de capacidad, interactividad, autismo o cáncer».

A los oídos, en las charlas entre conocidos y amigos se comentaba la importancia de comer de calidad, de comer limpio y de la reconversión del sector distribuidor y comercializador implantando su posicionamiento. El presidente y también agricultor cuenta que hay todo tipo de consumidores, que proceden de todos las clases sociales, desde un alto poder adquisitivo a gente con un sueldo «raspón». «Este tipo de mercado es una apuesta por el acercamiento entre el consumidor y el productor, con lo cual el diferencial de precio es mínimo. Hace muchos años hicimos una apuesta para que el producto ecológico no fuera solo para las élites». En cambio, Ana Pastor, una de las vendedoras, sí que cree que el precio es un problema para que no se consuman, lo considera «la pescadilla que se muerde la cola» e introduce como solución aumentar este tipo de hábitos. «Para nosotros sería más barato y al final se acabarían rentabilizando los precios».

En su puesto vendía multitud de quesos y no se olvidaba de la importancia de la mejor calidad de vida de sus animales. «Te da gran satisfacción ver que tienen otra alegría, que viven bien. Igual que te dan, tienen que recibir». Además añadía que el reglamento ecológico te dice que no puedes sacrificar los corderos antes de 50 días, mientras que en el convencional es a los 20. «Nosotros lo respetamos y los 50 primeros días, la leche es para el cordero, con lo cual tenemos bastante menos para hacer estos productos tan ricos. Es decir, todo es bastante menos rentable, pero a su vez más satisfactorio».

Se recorre mercados por toda Castilla y León, ofrece sus quesos y lácteos en Soria, Ávila o Valladolid y, tiene un «compromiso real con la gente». Cree que no solo hay que tratarles como clientes, deben explicarles también el beneficio de un consumo saludable porque la gente «observa lo ecológico como un mundo independiente».

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Senovilla, con una gran experiencia en el sector, habla de «justiprecios» y de que no hay ninguno «inalcanzable». «Estamos acostumbrados a infravalorar la alimentación y, los agricultores, históricamente, han sacrificado rentas en favor de servicios como es el caso de las carreteras. Para nada son exclusivos para la élite». Pero, a pesar de que los intentan convertir en algo cada vez más cercano a todas las economías, la opinión sigue justificando el precio como un importante problema o directamente lo consideran una moda pasajera de las nuevas generaciones. Pastor, mientras que bromeaba con que su apellido coincide con su profesión, sostenía que «la gente que más se acerca es la joven porque la más adulta no tiene el concepto ecológico como algo suyo, lo ven de otra generación, algo muy moderno».

La plaza llena de puestos fue la actividad mañanera tanto para la gente que paseaba y se enteraba de la novedad de la provincia como para todo el que acudía a propósito en busca de las mejores y más saludables verduras, huevos, frutas o quesos que llevar sus hogares. Gran parte de los habituales, siempre realizan una compra ecológica en otros establecimeintos porque se han dado cuenta de que lo de la salud no solo se trata de «habladurías», que no es algo secundario, que es algo más serio de lo que parece y de que realmente se nota si se deja de lado el consumo de productos elaborados. Otro de los motivos y preocupación era el maltrato animal, dando paso a un consumo mayoritario de personas veganas o vegetarianas.

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Nada hizo que las previsiones de lluvia dejaran a los vendedores y a los consumidores sin acudir a la nueva apuesta. Además, por fortuna, el tiempo se comportó y una mañana agradable de compras dejó los mejores platos y olores en las cocinas segovianas.

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